miércoles, 20 de octubre de 2010

Decreto 1839 por Juan Carlos Pirali

DECRETO AUMENTANDO LAS SECCIONES DE CAMPAñA, Y APROBANDO LAS QUE PROPONE EL COMANDANTE EN GEFE DEL NUMERO 5.

¡ VIVA LA FEDERACION !

Buenos Aires,Diciembre 25 de 1839
Año 30 de la Libertad, 24 de la Independencia y 10 de la Confederación Argentina

Siendo perjudicial al orden y al servicio público, que en la inmensa extensión de territorio que hay desde el Salado hasta el río Quequén, y exterior de las sierras del Tandil y Tapalqué, sólo haya tres juzgados civiles, el Gobierno ha acordado y decreta.-
Art. 1. La referida extensión se dividirá en catorce secciones, y en cada una habrá un Juez de Paz con seis Alcaldes y doce Tenientes.-
Art. 2. Se aprueban las nueve secciones propuestas por el Comandante en Gefe del Nº 5, Coronel D. Narciso del Valle, según se copian a continuación del presente decreto y nómbranse para Jueces de Paz en ellos, por el año entrante de 1840, a los ciudadanos que propone el enunciado Gefe.-

Art. 3. Las cinco secciones restantes se compondrán: - la primera, de todos los campos de Camarones y dependencias hasta el arroyo Poronguitos, Toro, Zapallar y Gualicho. La segunda, desde la margen occidental de los arroyos de que habla el artículo anterior, hasta el de Las Flores, y desde el exterior del Salado hasta los límites de San Nicolás y Pluma-Agüero. La tercera, desde estos límites hasta la sierra de Tapalqué y últimas estancias al sud de ellas; siendo límites por el oriente del arroyo de este nombre, las suertes de estancias que arrancas de él, sea cuel fuere su extensión y figura irregular; por el occidente las últimas estancias, terminando al norte en las puntas nacientes de Las Flores donde concluye el bañado de Tapalqué. La cuarta entre el Saladillo y Las Flores, siendo límites por el sud-oeste y el oeste, las nacientes de Las Flores, donde concluye el bañado de Tapalqué y las últimas estancias. La quinta comprenderá todo el partido del Azul, entre los límites de las seciones señaladas en el presente decreto, y según está ya establecido aquel partido.-

Art. 4 . El Juez de Paz D. Manuel Morillo, propondrá en el presente año el Juez de Paz para la primera sección de que habla el artículo tercero. Para la segunda queda nombrado el ciudadano Sargento Mayor D. Pascual Peredo. Para la tercera lo propondrá el Comandante de Tapalqué. Para la cuarta elevará propuesta el Comandante en Gefe del Nº 3, Coronel D. Vicente González, quedando en la quinta el actual Juez de Paz electo.-

Art. 5. Comuníquese, publíquese, e insértese en el Registro Oficial.-(Registro Oficial Libro 18).-

¡ VIVA LA FEDERACION !

El Coronel Comandante en Arroyo Grande , Diciembre 20 de 1839

Gefe del Regimiento Nº 5 Año 30 de la Libertad, 24 de la Independencia

de Campaña.- y 10 de la Confederación Argentina

Distribución del partido de MONSALVO en cuatro partidos

Empezará el primero desde el Rincón de Ajó, tomando al sud de la costa hasta enfrentar a la estancia del finado D. Joaquín Suárez denominada Manantiales, de este punto se tomará por línea divisoria, y perteneciente a este partido, las estancias Manantiales, D. Martín Campos, D. Leonardo Piedra-Buena, Espuela Verde, estancia conocida por de los ingleses, hoy de Juan Bautista Peña, y tomar el camino carril que va hasta lo de Doña Lucía Escribano en el Vecino. Este partido tendrá dieciocho leguas de costa de mar. Se propone para Juez de paz de este partido, al Alcalde del Cuartel 3, D. Juan Crisóstomo Girado.-

Empezará el segundo desde Manantiales, siguiendo la línea que encierra o forma el partido del Tuyú, y seguir desde Manantiales hasta donde entra el arroyo Chico en la Mar Chiquita, y de este punto seguir por el puesto de Sáenz Valiente en este arroyo, y seguirlo por la parte interior de él por las estancias Laguna del Maestro, Vacanloncó, y de esta estancia seguir el camino que va por la Tapera de Hidalgo, hoy de Machado, Marihuincul, Tapera de Sosa y seguir el camino que va por la Loma de Cascallares en Caquel, y seguir el camino hasta el Paso del Tigre en el Vecino. Este partido tendrá como veinte leguas de costa de mar, y se propone como Juez de Paz de él a D. Roque Baudrix.-

Empezará el tercer partido dessde el desemboque de la Mar Chiquita hasta la Lobería Grande, y desde este punto tomará por la parte interior de las Sierras del Volcán hasta la estancia de D. Manuel Sánches en el arroyo Chico, y seguirá el curso de este arroyo hasta donde entra en la Mar Chiquita, quedando este partido con límites naturales, la costa del mar, la sierra y todo lo que encierra el arroyo Chico. Tendrá de costa de mar como trece leguas, y se propone para Juez de paz de éste a D. Manuel Saavedra.-

Empezará el cuarto partido desde la Lobería Grande hasta el desemboque del Río Quequén Grande en el mar y seguir la costa del mismo Quequén hasta la estancia de D. José Enríquez, frente a la Sierra de la Tinta, y de este punto se tirará una línea hasta la estancia del Coronel Valle, de donde se faldeará la sierra por la parte exterior, hasta tocar con el nacimiento de arroyo Chico, y seguir hasta la estancia de D. Manuel Sánchez. A este partido le sirve de límite la Sierra y el ría de Ququén. Tendrá de costa de mar como veintidos leguas: y se propone para Juez de Paz a D. Ramón Galindres.-

Distribución del Partido del Tandil en dos Partidos (Tandil y Vecino)

Empezará el primero por el camino que divido el partido de Monsalvo hasta tocar con el Vecino, y costeando éste para arriba, llegará hasta la estancia de Navas de donde se tirará una línea que venga a la estancia de D. Eustaquio Rodríguez; de allí a las Ensenadas, después a la pulpería del Pozo de Fuego, y de ésta hasta el arroyo Chico, que lo costeará para abajo hasta encontrar con la misma línea de Monsalvo. Se propone para Juez de paz de este partido a D. Francisco Pereyra.-

El segundo partido comenzará en la misma estancia de Navas, costeando el Vecino, y Chapaleofú arriba hasta pasar las Sierras para tocar el arroyo Chico en la estancia de D. José María Saavedra, costeando el arroyo para abajo, tocará con la misma línea que llega de la pulpería del Pozo de Fuego a este arroyo; proponiéndose paran Juez de Paz de este partido a José Rebol.-

DISTRIBUCION DEL PARTIDO DE DOLORES EN TRES PARTIDOS

TORDILLO

Empezará el primero desde el Rincón de López, y vendrá por Las Víboras y Riojano hasta tocar con el Rincón de Ajó, de allí seguirá a la costa del arroyo de Los Perros hasta enfrentar con la estancia de Nonell en el Vecino; de allí se tirará una línea hasta la punta del Monte del Tordillo; y de éste pasará por la estancia de Peredo, y de aquí hasta enfrentar con la tapera de Picaza, sirviendo de línea el camino que va hasta el Paso de Villar,el cual dividirá el segundo partido y sirviendo de límites por el norte el Salado, siendo de costa de mar como dieciocho leguas . Se propone para Juez de paz de este partido a D. Mariano Ramírez.-
El segundo empezará desde la tapera de Picaza, siguiendo el camino hasta tocar con el Salado, y costeaando éste hasta llegar al Paso del Venado; de allí se tirará una línea que vendrá por la estancia de D. Segundo Girado, quedando en este departamento; pasando por el Cacique, tocando en Pila, de allí a El Sermón de Míguez, después el puesto de Morales de Anchorena, y de allí al Vecino, proponiéndose como Juez de Paz de este partido a D. Manuel Morillo.-

El tercero lo comprenderá todo lo que comprende el área del pueblo, incluso quintas y chacras. Se propone para Juez de Paz a D. Reyes Peralta.-

(Registro Oficial . Libro 18)

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SANTOS VEGA: ¿ MITO O REALIDAD ? por Juan Carlos Pirali

¿ Quién fue Santos Vega ? ¿ Fue un ser de carne y hueso o un simple mito, inventado por alguien que quiso simbolizar en él la imagen del prototipo del payador ? . Estos interrogantes pueden considerarse develados, si se tienen en cuenta documentaciones aportadas por investigadores e historiadores, que en su mayoría acreditan la existencia real de Santos Vega.-
Bartolomé Mitre fue el primero que se interesó seriamente en investigar la existencia de ese personaje, en el propio lugar de sus posibles andanzas.-
En 1838, siendo Mitre un joven de 17 años, fue llevado por su padre a la estancia “Lomas de Góngora”, perteneciente a don Prudencio Rosas, y que estaba ubicada en el antiguo partido del Tuyú, con el fín de instruirlo en la administración de estancias. El joven aprovechó la estada allí para interrogar a los pobladores de la zona, que pudieran aportarle noticias sobre la presencia de Santos Vega en ese pago.-
Los testimonios recogidos por el polifacético hombre, lo llevaron al convencimiento de la existencia real del famoso payador, e inspirado en ese hecho, escribió una elegía titulada “A Santos Vega”, poniendo como epígrafe dos versos que fueron transmitidos por los paisanos del lugar, que le aseguraron haberlos escuchado cantar a Santos Vega: “Cantando me han de enterrar,/ cantando me he de ir al cielo”. En una de las estrofas del citado poema de Mitre dice:

“Tu alma puebla los desiertos,
y del sur en la campaña
al lado de una cabaña
se eleva fúnebre cruz;
esa cruz, bajo de un tala
solitario, abandonado,
es símbolo venerado
en los campos del Tuyú”.-
Dentro de la sencillez de esos versos, el poeta afirma la idea que su aseveración revela un misterio.-
Además de los dos versos citados, Mitre recogió de boca de contemporáneos del payador otros cuatro, que luego transmitió al poeta Rafael Obligado, quien los adaptó a su poema “Santos Vega” :

“No me entierren en sagrado
donde una cruz me recuerde,
entiérrenme en campo verde
donde me pise el ganado”.-
Sobre este testimonio existen dudas con respecto al verdadero origen, ya que Alvaro Yunque en “Poesía Gauchesca y Nativista Rioplatense”, afirma, que con algunas variantes se han encontrado en Asturias, Venezuela, México y Portugal, obteniendo de este último país la siguiente cuarteta:
“Nao me enterren na igreja
e nem tampoco em sagrado.
Naquele prado me enterren
onde se faz o mercado”.-
Si bien hay cierta similitud en lo referente al contenido, con los versos recogidos por Mitre, no puede descartarse la posibilidad que éstos fueran cantados por Santos Vega, ya que quienes los transmitieron en 1838, pueden haberlos escuchado en las pulperías donde frecuentaba el payador de la pampa, si se tiene en cuenta lo escrito por Ismael Moya en su “Romancero”, donde dice que “Santos Vega murió anciano en 1828, y en esa época era famoso en el pago de Dolores”.-
Sobre su misteriosa muerte existen numerosos escritos que la han novelizado, hasta caer en la más exagerada fantasía.-
El historiador uruguayo Rafael P. Velázquez, en “Ensayo de Historia y Folklore Bonaerense”, se ocupó de investigar sobre este tema, dice que Santos Vega solía frecuentar la pulpería de don Zacarías del Pozo en el partido del Tuyú, y que encontrándose muy quebrantado de salud, mantuvo la última payada de su vida en ese lugar con el payador cuyano Juan Gualberto Godoy, quien tomó la identidad imaginativa de “diablo”, que se consideraba que solamente el diablo en persona podía vencer a Santos Vega, quien habría fallecido poco después de esa histórica payada y enterrado en el extremo de una isla de la estancia que fuera de Sáenz Valiente.-
Elbio Bernárdez Jacques, basado en los datos aportados por Mitre, habría probado la existencia real del payador Santos Vega, al descubrir sus presuntos restos bajo unos viejos talas en el paraje denominado “Las Tijeras”, actual partido de General Lavalle, a pocos kilómetros de San Clemente del Tuyú, allí, en un extremo de un inmenso parque natural formado por añejos talas y coronillos, fue levantado un monumento para perpetuar la memoria del inmortal payador. Esa escultura es obra del artista Luis Perlotti y fue emplazada en ese lugar en 1948, con la presencia, entre otros, de Florencio Molina Campos, Enrique de Gandía, Ismael Moya, Enrique Udaondo y Bernárdez Jacques. El citado monumento fue trasladado en 1982 al pueblo de General Lavalle, y está ubicado en un parque junto al museo histórico de esa localidad bonaerense.-
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LA REVOLUCIÓN DEL SUR DE 1839 por Juan Carlos Pirali

Una serie de medidas tomadas por el gobierno de Juan Manuel de Rosas, provocó distintos tipos de reacciones en la sociedad argentina desde mediados de la década iniciada en 1830.
En el año 1837 un grupo de escritores realizaba reuniones en Buenos Aires en la librería de Marcos Sastre, cuyo principal objetivo era plantear una participación activa de los intelectuales en el campo político. A ese lugar, denominado “Salón Literario”, concurrían entre otros, Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi, Juan Cruz Varela, Miguel Cané, Marco Avellaneda y Vicente Fidel López, todos identificados con el movimiento romántico de Europa, que coincidía con las expectativas despertadas por los hombres de Mayo.
Esas reuniones no resultaban gratas a las autoridades del Gobierno y, por advertencia de la policía fueron suspendidas, pero esa persecución impuso a los iniciadores del “Salón” la conveniencia de de organizarse en sociedad, y constituyeron la “Asociación de Mayo”, llamada también “Joven argentina”, siguiendo los principios de instituciones europeas, sobre todo de la “Joven Italia” fundada por José Mazini y 1830 [1].
Echeverría fue el encargado de redactar el programa de la Asociación con la colaboración de Juan Bautista Alberdi, condensado en el “Dogma de Mayo” que impulsaron los gestores de la Revolución de 1810. La concepción ideológica de fundadores si bien estaba nutrida de moldes europeos, proclamaba una consecuencia nacional, basada en los principios “Mayo, Progreso y Democracia”. Esa Asociación tuvo una vida efímera, pero sembró en la sociedad los ideales de libertad y democracia identificados con la Revolución de Mayo [2].
Los partidarios de un país constituido institucionalmente querían una nación organizada, con un Congreso y una Constitución que asegurara los derechos de todos los habitantes, y desde el seno del grupo de intelectuales, muchos en el exilio, comenzó a surgir la conspiración contra el gobierno de Rosas. Para esos hombres convencidos que el bienestar del pueblo debía fundamentarse en la educación, hubo hechos demasiado adversos para sus pensamientos. En marzo de 1838 comenzó el bloqueo francés al puerto de Buenos Aires y desembocaduras de ríos, prolongándose hasta octubre de 1840. Ese hecho produjo un lógico deterioro en las arcas del Estado, ante lo cual, Rosas debió recurrir a diversos tipos de medidas, y una de las primeras resoluciones, fue decretar el 27 de abril de 1838, la suspensión de sueldos de los maestros de todas las escuelas públicas de la ciudad y la campaña. También por la misma medida fue suprimida la subvención a la Universidad de Buenos Aires y el sueldo de los profesores. Además, si no lograba reunirse el dinero necesario para el funcionamiento, tanto la Universidad como las escuelas debían cesar su funcionamiento[3]. Ese año se suspendieron las concesiones enfitéuticas y se pusieron en venta las tierras públicas pagaderas en tres cuotas.
CONSPIRACIONES
El descontento de los habitantes de la campaña dio lugar a una serie de conspiraciones contra el régimen centralista que privilegiaba al puerto de Buenos Aires en deprimiendo de las provincias del interior, ya que todo el comercio de aquellas debía pasar por la aduana de la Capital.
Hubo varias conjuras que fueron abortadas y sus gestores castigados con el máximo rigor. El 8 de agosto de 1838, Estanislao Vigorena, que se encontraba arrestado en Dolores por orden de Rosas, logró evadir su control y llegar al gobernador para denunciar que había recibido la invitación de los comandantes Juan Zelarrayán y Manuel Céspedes y el teniente Carlos O’Gorman para organizar un movimiento tendiente al derrocamiento del gobierno. Decía Vigorena que fingió aceptar su participación para poder penetrar en el secreto de la trama. Rosas después de recibir la citada información, otorgó amplios poderes a Vigorena para que aprehendiera a los promotores de la conspiración con la orden de “fusilarlos en el acto”. El mismo día, se encomendó al comandante Manuel García, jefe de las tropas acantonadas en Azul, para que aprehendiera al teniente O’Gorman y lo remitiera a la Capital. Éste confesó que hallándose en Dolores, fue invitado por Céspedes para cooperar en el movimiento y que a él se le había encomendado que sublevara las fuerzas establecidas en Azul, y que Zelarrayán sublevaría al cuerpo de Blandengues destinado en Bahía Blanca. Por otra parte, Céspedes sería el encargado de arrebatar la caballada de la División Centro y el teniente Francisco Javier Funes reclutaría gente en Chascomús [4].
Zelarrayán fue alcanzado por una partido a cargo del alférez Manuel Uruyú cerca del río Colorado y fusilado y su cabeza fue enviada a Rosas en un cajón con sal. Céspedes fue apresado y posteriormente liberado por intermediación del ministro inglés Mandeville [5].
El fracaso de la conspiración no fue obstáculo para quienes anhelaban un país organizado y democrático. Varios de los integrantes de la Asociación de Mayo emigraron a Montevideo, desde donde a través de la prensa expresaban su ideal de libertad. En Buenos Aires, un “comité central” desprendido de la Asociación de Mayo, llamado Club de los Cinco, en alusión al número de sus integrantes, que eran Carlos Tejedor, Jacinto Rodríguez Peña, Santiago Albarracín, Rafael Corbalán y Enrique de la Fuente, organizaba un plan en contra del gobierno de Rosas.
LEVANTAMIENTO EN CORRIENTES
A principios de 1839, el gobernador de la provincia de Corrientes, coronel Genaro Berón de Astrada, se pronunció contra el gobierno de Buenos Aires y separó a su provincia de la representación de las relaciones exteriores que estaban delegadas en Rosas, y además, invitó a los otros gobernadores a imitar esa decisión.
Ante esa rebelión, el gobernador de Entre Ríos general Pascual Echagüe, invadió Corrientes y en Pago Largo venció a Berón de Astrada, a quien tomó prisionero y lo hizo degollar [6].
CONSPIRACIÓN DE MAZA
Después de haber dominado y reprimido el levantamiento de Corrientes, llegó a oídos de Rosas la noticia que una nueva conjura se estaba tramando contra su gobierno, encabezada por el coronel Ramón maza, hijo del presidente de la Sala de Representantes Manuel Vicente Maza. Ese plan estaba originado en miembros de la Asociación Mayo y tenía como objetivo levantar toda la campaña bonaerense. Maza había confiado su proyecto a Nicolás Martínez Fonte y a un hijo de éste, contándolos como aliados, pero éstos lo delataron. La represión no se hizo esperar, y el 27 de junio de 1839 fue asesinado Manuel Vicente Maza, quien estaba comprometido con la conjura. Por otra parte, al día siguiente fue fusilado su hijo Ramón.
Ante ese hecho, el general Juan Lavalle comenzó a organizar el llamado “Ejército Libertador”, solicitándole a Pedro Castelli que contribuyera con su prestigio en la campaña del sur bonaerense, con la organización de una fuerza destinada a un levantamiento contra Rosas [7].
REVOLUCIÓN DEL SUR
El levantamiento de los revolucionarios del sur estaba ligado a la conspiración de Maza en la Capital, pero con el desbaratamiento de esa conjura y la muerte de su gestor, se debilitaba la organización. Pero ante ese estado de las cosas, los conspiradores recurrieron al general Juan Lavalle, que se encontraba en Montevideo, por medio de Martínez Castro y Francisco B. Madero. Al respecto, Lavalle le escribía a su amigo Félix Frías en julio de 1839, informándole que se encaminaría al sur y que haría su aporte a Castelli [8]
El movimiento estaba en marcha, Jacinto Rodríguez Peña, uno de los formadores del “Club de los Cinco”, había conseguido la adhesión de Marcelino Martínez Castro y éste, había comprometido a Francisco y Ezequiel Ramos Mejía y a Benito Miguens. A estos fueron agregándose Matías Ramos Mejía, Apolinario Barragán, José Ferrari, Leonardo Gándara, Francisco Villarino y el militar y agrimensor francés Ambrosio Crámer [9].
A fines del mes de julio Lavalle cambió de posición y decidió pasar a Entre Ríos, convencido que allí iba ser más útil a la causa. Eso se desprende de una carta a su amigo Andrés Lamas “…me voy a Entre Ríos, en Buenos Aires se van a desesperar, pero así lo exige el bien público” [10].
No obstante la decisión de Lavalle, entre los revolucionarios reinaba optimismo y el grupo iba creciendo. En Dolores estaba a cargo del Regimiento 5º el coronel Narciso del Valle (padre del Dr. Aristóbulo del Valle) que tenía como segundo al coronel Manuel Leoncio Rico, y ante una desavenencia entre ambos, este último fue tentado por Juan Ramón Ezeiza y se plegó al movimiento.
Los conjurados se reunían en la estancia “El Durazno” de Juan R. Ezeiza en Mar Chiquita, y habían fijado la fecha del 6 de noviembre para proclamar la revolución en la plaza de Dolores, pero acordaron que si alguna fuerza del gobierno se internaba en el sur, estaba el compromiso de reunirse y adelantar el objetivo [11].
Las persecuciones contra quienes no eran incondicionales al régimen gobernante, eran cada vez más notables, y al respecto, el general don José de San Martín le escribía a su amigo Gregorio Gómez el 21 de septiembre de 1839: “Tu conoces mis sentimientos y, por consiguiente, yo no puedo aprobar la conducta del general Rosas, cuando veo una persecución general contra los hombres más honrados de nuestro país” [12]
Un hecho que precipitó los acontecimientos un el hallazgo de una carta en una calle del pueblo de Dolores en el mes de octubre de 1839 con la firma J.R.A. fechada en Monsalvo el 12 de septiembre de 1839, y dirigida a Juan B. Martínez, en cuyo contenido se expresaban detalles sobre la organización del movimiento. El Juez de Paz de Dolores, don Manuel Sánchez, remitió esa carta a Rosas informándole que “…el Juez que firma tiene el honor de elevar a manos de V.S. una carta que le ha sido entregada el 13 del presente a las 8 de la noche por el señor don Juan Cuello, el que por su declaración dice haberla encontrado en la calle… en vano han sido las indagaciones que se han practicado para descubrir la verdad de ella, que nada se ha podido esclarecer, que el que suscribe está poseído que todo es una falsedad y que el objeto de la adjunta sólo es para perjudicar a este vecindario…” [13].
De acuerdo con el relato del historiador Ángel Justiniano Carranza en su libro “La revolución del 39”, el coronel Manuel Rico proclamó el “Grito de Dolores” el 29 de octubre en la plaza de este pueblo y arengó a los conjurados. “Nos hemos reunido aquí, con el objeto de elegir para el partido de Dolores un nuevo comandante militar y otro juez de paz, que respondan y apoyen el levantamiento de la campaña del sud contra el gobernador Juan Manuel de Rosas…”. Fue designado por unanimidad como comandante el coronel Rico para ejercer la función de Juez de Paz don Tiburcio Lenz.
Rico estableció su cuartel cerca del cementerio viejo, donde fueron incorporándose con armas y caballos, los Ramos Mejía, Martín Campos, Agustín Acosta, los Barragán, Martín y Félix Alzaga, Francisco Madero, Leonardo Piedrabuena, Martín José de la Serna y otros. Al día siguiente llegó Ambrosio Crámer y se resolvió poner una guardia en la casa del coronel Narciso del Valle, que se encontraba en Tandil, para que fuera respetada. El mismo día fue capturado en el Tuyú el mulato Vigorena y traído a Dolores. El día 2 se pronunciaba Chascomús con José Mendiola, desplazándose al Juez de Paz Felipe Girado y en su lugar se designaba a Jacinto Machado. Al día siguiente llegaba la vanguardia de las fuerzas de Dolores al mando de Zacarías Márquez. El 4 de noviembre las fuerzas revolucionarias estaban organizadas en divisiones y Castelli enviaba un chasque para Nicolás Granada, que se encontraba en las sierras, confiado en su adhesión.
El 5 de noviembre Castelli estaba en Chascomús con Crámer, Matías Ramos Mejía y Martín T. Campos. Éstos tenían conocimiento que desde el oeste marchaban hacia este lugar las fuerzas de Prudencio Rosas y Nicolás Granada por distintos caminos, pero no tenían la certeza sobre la actitud que tomaría Granada.
El 6 de noviembre llegaba la escolta de los revolucionarios con Pedro Lacasa y su secretario Antonio Pillado y el escuadrón de hacendados a cargo de Martín Teodoro Campos. Ese día, Castelli arengó a las fuerzas en su cuartel instalado en la costa de la laguna y de acuerdo con lo afirmado por el historiador Ángel Carranza, debido a su impericia, se limitó a establecer una línea de frente al oriente, en un campo sin accidentes y horizontal con descuido de lo demás, con lo cual dejaba el movimiento expuesto al desastre, como ocurrió al día siguiente.
Las fuerzas del gobierno comandadas por Prudencio Rozas abrieron la marcha con el coronel Granada al mando del disciplinado escuadrón de coraceros, apoyado por el 6 de línea del coronel Ramón Bustos, a quien seguían los carabineros del 5 con Manuel García, que contaba con el servicio de 200 lanzas del lenguaraz Ventura Miñana [14].
El enfrentamiento entre ambas fuerzas se produjo el 7 de noviembre de 1839 cerca de la laguna de Chascomús y fue fatal para los revolucionarios, que en desordenado avance vieron caer a sus principales hombres y debieron abandonar el campo de batalla. La mayoría de “libres” pudo llegar al puerto de Ajó (General Lavalle) y se embarcó con destino a Montevideo, y posteriormente se unió a las fuerzas del general Juan Lavalle.
El coronel Pedro Castelli fue alcanzado por una partida en la estancia de Agustín Acosta, en el entonces partido de Monsalvo. Fue asesinado y decapitado y su cabeza fue colocada en una pica en la plaza principal de Dolores, donde permaneció por espacio de varios años. El asesino de Castelli, de apellido Durand, fue aclamado por Rosas “Benemérito de la Santa Federación” y fue pensionado en mérito a su atroz hazaña [15]
CONSECUENCIAS
El movimiento revolucionario de los Libres del Sur tuvo una rápida repercusión en las esferas del gobierno, que adoptó diversos tipos de medidas. En primer lugar, el 9 de noviembre de 1839, la Junta de Representantes por medio de una ley declaró que “el motín realizado en Dolores y Monsalvo es un crimen de alta traición” y además acordó una recompensa a los funcionarios que permanecieron fieles a la patria[16]. Con referencia a esta última medida, se determinó una donación de tierras consideradas públicas medidas en leguas cuadradas, correspondiéndole 6 leguas a los generales; 5 a los coroneles; 4 a los tenientes coroneles; 2 a los sargentos mayores; 1 a los capitanes; ¾ a los oficiales inferiores a los capitanes; ½ a los sargentos y ¼ a los cabos y soldados.
La citada donación se hizo extensiva a los empleados civiles que permanecieron fieles y el número de leguas que debían recibir era en proporción al grado militar que correspondían los sueldos en la actividad civil. Dicha norma aclaraba que la donación no podía exceder las 6 leguas ni podía ser inferior a un cuarto de legua.
Otras de las decisiones originadas en el “Grito de Dolores” fue la sanción del decreto del 25 de diciembre firmado por Juan Manuel de Rosas, que consideraba al territorio comprendido entre el Salado y el Quequén como “perjudicial al orden y al servicio público”, debido a su gran extensión, ya que sólo estaba dividido en tres partidos con jun Juzgado de Paz cada en uno (Dolores, Tandil y Monsalvo). Por tal razón, el territorio correspondiente a Monsalvo fue distribuido en cuatro partidos y nacieron en esas tierras Ajó, Mar Chiquita y Lobería. De Tandil surgió el partido de Vecino (General Guido) y Dolores quedó reducido al pueblo, quintas y chacras y se crearon los partidos de Tordillo y Pila.
Las estancias pertenecientes a los hacendados que habían intervenido en la revolución fueron embargadas en el número de 32 en Tuyú, 33 en Mar Chiquita, 26 en Pila, además otras en Monsalvo, Tordillo y Vecino y hay que recordar que Dolores había quedado reducido a sus quintas y chacras. Con referencia a la hacienda existente en esos partidos, fueron expropiadas para mantener las tropas del gobierno, pero su envío se hacía en forma graduada y los más perjudicados en ese sentido fueron Celestino Almirón, Félix de Alzaga, Justo Piñero, Leandro Mendoza, José M. de la Serna y Evaristo Zárate en el Tordillo, inclusive la hacienda que había pertenecido a Ambrosio Crámer de la estancia “La Postrera”, que en la fecha del levantamiento pertenecía al partido de Dolores [17]. En el partido de Monsalvo fueron embargados animales a Francisco e Idelfonso Ramos Mejía, María Antonia Segurola y Mariano Fresco, entre otros. En Vecino a Severo y José María Pizarro, Enrique Vázquez y José M. Quintana [18]. Por otra parte, en Dolores, no obstante lo reducido de su territorio, el 20 de marzo de 1841 el Juez de Paz recibe una orden de Rosas sobre los embargos de “una quinta y un rancho del prófugo Rico, dos ranchos del salvaje unitario Nicolás García, una chacra y unos pocos animales del salvaje Luis Velásquez que murió en la acción de Chascomús y un ganado del salvaje unitario Fresco que tenía a media con Manuel Sánchez”
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[1] Levene, Ricardo. “Lecciones de Historia Argentina”. Ed. Lajouane, Bs. Aires 1947.
[2] Echeverría, Esteban. “Dogma Socialista”. Ed. El Ateneo, Bs. Aires 1947
[3] “Decretos de Rosas”. Biblioteca de Archivo General de la Nación
[4] Archivo General de la Nación
[5] Selva, Juan B. “El grito de Dolores”. Ed. Tor, Bs. Aires1935
[6] Levene, Ricardo. “Lecciones de Historia Argentina”. Ed. Lajouane. Bs. Aires 1947
[7] Levene, Ricardo. “Lecciones de Historia Argentina”. Ed. Lajouane. Bs. Aires 1947
[8] Barba, Enrique. “La formación de la tiranía”. Ed. Ateneo. Bs. Aires1962 en Biblioteca de Archivo General de la Nación
[9] Cresto, Juan José. “Los Libres del Sur”. Ed. Alfar, Bs. Aires 1993
[10] Barba, Enrique. “La formación de la tiranía”. Ed. Ateneo. Bs. Aires 1962. Biblioteca de Archivo General de la Nación
[11] Selva, Juan B. “El grito de Dolores”. Ed. Tor, Bs. Aires 1935
[12] Gálvez, Manuel. “Vida de Juan Manuel de Rosas”
[13] Archivo General de la Nación Sección Gobierno. Dolores 1831-1852
[14] Carranza, Angel Justiniano. “La Revolución del 39 en el Sud de Buenos Aires”. Bs. Aires 1919
[15] Selva, Juan B. “El grito de Dolores”. Tor. Bs. Aires 1935
[16] Archivo General de la Nación. Registro Oficial, Libro Nº 18
[17] Archivo Histórico “Ricardo Levene”. Sección Tordillo
[18] Archivo Histórico “Ricardo Levene”. Sección Vecino.
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lunes, 18 de octubre de 2010

La patria Julio Cortazar

Esta tierra sobre los ojos,
este paño pegajoso negro de estrellas impasibles,
esta noche continua, esta distancia.
Te quiero, país tirado más abajo del mar, pez panza arriba,
pobre sombra de país, lleno de vientos,
de monumentos y espamentos,
de orgullo sin objeto, sujeto para asaltos,
escupido curdela. inofensivo puteando y sacudiendo banderitas,
repartiendo escarapelas en la lluvia, salpicando
de babas y estupor canchas de fútbol y ringsides.
Pobres negros.
Te estás quemando a fuego lento, y dónde el fuego,
dónde el que come los asados y te tira los huesos.
Malandras, cajetillas, señores y cafishos,
diputados, tilingas de. apellido compuesto,
gordas tejiendo en los zaguanes, maestras normales, curas, escribanos,
centrofordwards, livianos, Fangio solo, tenientes
primeros, coroneles, generales, marinos, sanidad, carnavales, obispos
bagualas, chamamés, malambos, mambos, tangos,
secretarías, subsecretarías, jefes, contrajefes, truco,
contraflor al resto.Y qué carajo,
si la casita era su sueño, si lo mataron en pelea,
si usted lo ve, lo prueba y se lo lleva. -
Liquidación forzosa, se remata hasta lo último.
Te quiero,. país tirado a la vereda, caja de fósforos vacía,
te quiero, tacho de basura. que se llevan sobre una. cureña
envuelto. en la bandera que nos legó Belgrano,
mientras las viejas lloran en el velorio, y anda el mate
con su verde consuelo, lotería del pobre,
y en cada.piso hay alguien que nació haciendo discursos
para algún otro que nació para escucharlos y pelarse las manos.
Pobres negros que juntan las ganas de ser blancos,
pobres blancos que viven un carnaval de negros,
qué quiniela, hermanito, en Boedo, en la Boca,
en Palermo y Barracas, en los puentes, afuera,
en los ranchos que paran la mugre de la pampa,
en las casas blanqueadas del silencio del norte,
en las chapas de zinc donde el frío se frota,
en la Plaza de Mayo donde ronda la muerte trajeada de Mentira.
Te quiero, país desnudo que sueña con un smoking,
vicecampeón del mundo en cualquier cosa, en lo que salga,
tercera posición, enegía nuclear, justicialismo, vacas,
tango, coraje, puños, viveza y elegancia.
Tan triste en lo más hondo de1 grito, tan golpeado
en lo mejor de la garufa, tan.garifo a la hora de la autopsia.
Pero te quiero, país de barro, y otros te quieren, y algo
saldrá de este sentir. Hoy es distancia, fuga,
no te metás, qué vachaché, dale que va, paciencia.
La tierra entre los dedos, la basura en los ojos,
ser argentino es estar triste, ser argentino es estar lejos.
Y no decir: mañana,
porque ya basta con ser flojo ahora.
Tapándome la cara
(el poncho te lo dejo, folklorista infeliz)
me acuerdo de una estrella en pleno campo,
me acuerdo de un amanecer de puna,
de Tilcara de tarde, de Paraná fragante,
de Tupungato arisca, de un vuelo de flamencos
quemando un horizonte de bañados.
Te quiero, país, pañuelo sucio, con tus calles
cubiertas de carteles peronistas, te quiero
sin esperanza y sin perdón, sin vuelta y sin derecho,
nada más que de lejos y amargado y de noche.

La "Esquina de Campo" por RAUL OSCAR FINUCCI

Aquellos que decidan salir a pasear por los terrosos y polvorientos caminos del campo se encontrarán, seguramente en los lugares más recónditos, con una construcción emplazada en el cruce de dos caminos; esas son las viejas "esquinas".
Allí, por lo general, sigue funcionando un almacén. En aquellos años en que el gaucho era el único habitante de nuestra geografía despoblada, ese establecimiento era conocido como "la esquina". Diferente y más importante que la "pulpería", era lo que conocimos luego como "el Almacén de Ramos Generales".
"La esquina" era el comercio más importante de la campaña, era lugar de aprovisionamiento, era lugar de encuentro, de solución para ciertos problemas y punto de llegada del correo y las noticias que tanto se esperaban.
Su propietario era un hombre, generalmente, reconocido por su honestidad, solvente y comúnmente solicitado para destacarse en cargos de importancia como los de alcalde o juez de paz.
El escritor Ambrosio Althaparro, quien con buen criterio, ha prologado sus notas haciendo hincapié en que él sólo relata lo que ha visto para no guiarse por habladurías, dice que por el 1880: "La esquina abarcaba los ramos de almacén,
tienda, ferretería, corralón, algo de farmacia, etc; y dentro de estas líneas generales, su surtido y volumen de negocios variaba mucho de acuerdo al capital invertido". Continúa diciendo el autor de "De mi pago y de mi tiempo" : "Solía
haber peluquería, taller de carpintería, de herrería, etc. Vi muy de cerca una esquina en la que además de todas esas dependencias, y demostrando el espíritu emprendedor de sus dueños, tenía panadería; se hacían jarabes -horchata y
limonada- y se elaboraba tabaco...". Como podemos observar, se trataba de un lugar donde el hombre de campo acudía para adquirir todo aquello que necesitara para su vida diaria e inclusive contratar servicios.
En otro plano se encontraba "la pulpería", donde las diferencias partían ya desde las características de su propietario, quién lejos de ser un hombre honesto y de reconocida reputación, era una persona que tenía su negocio para atraer a la
clientela aficionada al juego y al alcohol. El pulpero, al decir de Althaparro; era coimero en "la taba", usurero en los préstamos prendarios y vendía mercadería falsificada.
Allí se expendía "caña" en gran cantidad y otras bebidas entre las que figuraban algunas damajuanas de vino, que no era tan popular en aquellos tiempos por ser escasa su producción a nivel nacional. También se podía "alzar" tabaco,
alpargatas o alguna otra prenda, productos de talabartería y muy pocos comestibles. "La pulpería" era lugar de hombres y el juego era la principal actividad, entre ellos eran preferidos; las cartas; la taba; las carreras "cuadreras", las "riñas de gallos" y las corridas de "la sortija".
Cunninghame Graham relata: "Llegaban transeúntes que saludaban al entrar, bebían en silencio y volvían a irse, tocándose el ala del sombrero al salir; otros se engolfaban al punto con conversación sobre alguna revolución que
parecía inevitable u otros temas del campo. En ocaciones sobrevenían riñas a consecuencia de alguna disputa, o bien sucedía que dos reconocidos valientes se retaran a primera sangre, tocándole pagar el vino o cosa parecida al que
perdiera".
Todas estas son manifestaciones irrefutables de una vida social muy particular en la que se destacaba la camaradería entre los parroquianos (no eran comunes las peleas). El gaucho en pocas ocasiones bebía solo, era un bebedor social,
quería estar acompañado y si para eso era necesario "dar vuelta el tirador", no tenía reparos en convidar la vuelta.
Principiaba el siglo y la vida moderna comenzaba a mellar el protagonismo de estas verdaderas instituciones rurales.
Las "esquinas" fueron perdiendo vigencia a medida que se extendieron los pueblos a lo largo del ferrocarril, según Althaparro: "su verdadero enemigo".
La fundación de pueblos a junto a las vías hacían que la gente se decidiera a acercarse a ellos para realizar sus compras, las que por lógica conseguían hacer a mejores precios. Sin dudas el pueblo ofrecía otras ventajas al margen del
aprovisionamiento; la relación con otras personas; salones de reunión y la estación del tren, un lugar de increíble atractivo donde se desarrollaba gran parte de la vida social de los lugareños.
Las "esquinas" cercanas a estas poblaciones se fueron transformando en "almacenes" y hoy las podemos ver, como testigos apenas vivos de aquel tiempo pasado, con mesas de "billar" y "metegol" incluidos.