martes, 23 de febrero de 2010

RESEÑA DE LOS TRABAJOS ARQUEOLOGICOS EN EL PARTIDO DE GENERAL LAVALLE

La arqueología tiene como finalidad central el estudio del hombre y las sociedades a través de los restos materiales, que son los testimonios que nos permiten comprender, quiénes eran esos hombres, cómo vivían, cuáles eran sus problemas y cómo los resolvieron. Para entender esos restos materiales u objetos es preciso conocer sobre la época y el espacio ocupado, buscar datos que den idea del contexto, como información geológica, climática, biológica, y cuando el momento estudiado lo permite, también documentación escrita, de narraciones de viajeros, dibujos o grabados de época. Además se requiere la colaboración de especialistas de diversas disciplinas y complejos análisis de laboratorio. Otro aspecto importante que forma parte de la tarea del arqueólogo es la preservación de los sitios arqueológicos y la conservación de los materiales recuperados, su puesta en valor en los museos y la difusión de los resultados de las investigaciones en los ámbitos científicos y en la comunidad local.

Los arqueólogos Verónica Aldazabal y Emilio Eugenio, pertenecientes al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Universidad de Buenos Aires, vienen desarrollando investigaciones arqueológicas en varios partidos de la Pampa Deprimida, con el objeto de establecer desde qué época se instalaron en el área, como era el modo de vida de los grupos aborígenes que más tarde serían conocidos bajo el nombre genérico de Pampas y como interactuaron con el medio ambiente en que vivían.

En 1992 comenzaron las investigaciones en el partido de General Lavalle y posteriormente, desde el año 2004 a la actualidad, se intensificaron los trabajos gracias al apoyo de la Municipalidad de General Lavalle por medio de su intendente Sr. Guillermo Marchi y además del apoyo en los trabajos de campo, el asesoramiento en temas de fauna y flora del Sr. Mario Beade.

Algunas de las preguntas iniciales que guiaron las investigaciones fueron establecer la naturaleza y antigüedad de los depósitos marinos que se encuentran en varios puntos del partido y desde cuándo hubo poblaciones aborígenes en General Lavalle.

Para responder las preguntas relacionadas con el avance del mar sobre el continente se extrajeron muestras de los depósitos marinos de antiguas playas y se realizaron dataciones mediante la técnica del carbono 14. En inmediaciones del cruce del canal 2 con la ruta 11 se obtuvo un fechado de 3000 años atrás, en los alrededores del ejido urbano de General Lavalle otro fechado de 2190 años. Estas dataciones marcan momentos en que el territorio del actual partido de General Lavalle estaba cubierto por el mar. Posteriormente, el mar se fue retirando paulatinamente hasta llegar a su posición actual. Los depósitos marinos fueron sepultados por sedimentos continentales, pero en gran medida el ambiente marino original dejó su impronta en el paisaje actual de General Lavalle, con sus cañadones y médanos aislados en diversos puntos del paisaje.

El avance del mar sobre el continente alcanzó su máxima extensión hace unos 6000-5000 años atrás elevándose el nivel de las aguas 5 metros por encima del nivel actual. Para darnos una idea de la magnitud de este fenómeno debemos considerar que la línea de costa en esa época pasaba muy cerca de la actual ciudad de General Madariaga. Este fenómeno impidió, en gran medida, que los aborígenes que poblaban la provincia de Buenos Aires hace 11.500 años atrás pudieran ocupar los territorios cubiertos por el mar hasta épocas más tardías, luego del retiro del mar y de la estabilización del paisaje.

Llegamos así al segundo interrogante, cuando llegaron los primeros grupos humanos a la región que hoy es el partido de General Lavalle. Por las dataciones obtenidas en los depósitos marinos que mencionamos más arriba, podemos especular que debió haber sido hace menos de 2000 años atrás. Para precisar más esas fechas, los arqueólogos Aldazabal y Eugenio comenzaron a buscar los sitios que ocuparon los aborígenes a fin de obtener información sobre su modo de vida y conocer la antiguedad de las ocupaciones.

En uno de esos sitios se recuperaron fragmentos de carbón de los fogones que fueron datados en 540 años. Esa fecha y el tipo de restos obtenidos en los antiguos campamentos aborígenes estudiados permite vincularlos con los antiguos Pampas o más específicamente con una parcialidad de estos; los Querandíes. La evidencia obtenida luego de varias campañas arqueológicas y de minuciosas excavaciones permite caracterizar a esas poblaciones como cazadores - pescadores y recolectores. Los restos de comida indican una dieta basada en el consumo de peces -corvina negra y rubia, lisa, bagre de mar, raya, etc.-, venado de las pampas y animales pequeños como el cuis, tuco-tuco, mulita peludo y nutria. Además aprovechaban vegetales silvestres como los frutos de tala, entre otros. Los alimentos se preparaban asando la carne o mediante cocción en vasijas de cerámica. La vajilla de uso cotidiano se caracteriza por cuencos de cerámica que se adornaban en su cara externa con pintura roja y motivos geométricos diversos, realizados por incisión antes de hornear la pieza. Las herramientas para capturar animales y procesar la carne y cuero comprendían redes para pescar e instrumentos de piedra que comprenden puntas de flecha que se disparaban con arco, raspadores para limpiar los cueros, que eran utilizados para la confección de vestimenta y del toldo, cuchillos y otros instrumentos para cortar y trabajar la madera. Las rocas para elaborar los instrumentos se obtenían directamente viajando a pié o por intercambio con otros grupos, de las sierras de Tandil y Balcarce.

Otra población que ocupó estas tierras en la época señalada fueron los guaraníes, que mayormente se asentaban en el delta del río de la Plata y cuya presencia se detecta en los sitios arqueológicos por la alfarería que era diferente a la querandí. Se caracterizaba por piezas que en su cara externa se terminaban mediante la impresión del dedo pulgar dando una superficie corrugada o bien mediante la incisión de la uña. Restos de esas alfarerías han sido encontradas en diversos lugares de General Lavalle. La zona era conocida por los guaraníes que la denominaban Tuyú que significa “lugar con barro”, posiblemente en alusión a los cangrejales de la zona.

Los trabajos no han concluido y nuevas preguntas e interrogantes van surgiendo a medida que avanzan los estudios. Cuánto tiempo permanecían en los campamentos?. Cómo y dónde enterraban a sus muertos?. Que lugares específicos ocuparon dentro del partido?

En febrero del presente año se comenzó el relevamiento arqueológico del interior del partido en campos de la estancia La Isolina y alrededores. Se ubicaron depósitos marinos de los cuales se tomaron muestras de moluscos para fechar. La identificación de los moluscos y el tipo de depósito marino fueron caracterizados en el campo como un ambiente de planicie de marea. Además se localizaron tres puntos con material arqueológico en donde se recuperaron artefactos de piedra y fragmentos de alfarería decorada y de la ya citada cultura guaraní. Los datos obtenidos en esta etapa permitirán ampliar la información y discutir los modelos de colonización y poblamiento de la zona.

Los resultados y avances de las investigaciones son dados a conocer en informes y publicaciones que se encuentran en el Museo Histórico Regional Santos Vega de General Lavalle de consulta pública y los materiales recuperados luego de su estudio serán entregados al citado Museo.
Reseña enviada por el Sr.Mario Santos Beade

lunes, 15 de febrero de 2010

A PROPOSITO DE LA APROBACIÓN DEL PRESUPUESTO DE LA MUNICIPALIDAD DE GRAL. LAVALLE


Días pasados hemos tenido oportunidad de participar en la sesión del Consejo Deliberante de la Municipalidad de Gral. Lavalle. En su desarrollo pudo observarse una importante participación ciudadana, hecho este que motivo que se suavizaran diferencias intestinas y realineamientos en el oficialismo gobernante, como la incidencia de la incorporación de la oposición a su seno, finalizandose con los consensos que permitieron su aprobación.

Sobre el punto debemos reiterar que los fondos destinados al sector rural carecen de imputación específica por lo que las partidas pueden cambiarse de destino.

Si debe lamentarse en dicha sesión del consejo deliberante la escaza participación de los productores agropecuarios en dicha reunión.
jrp

Discurso del Sr. José (Pepe) Mujica

Queridos amigos:
La vida ha sido extraordinariamente generosa conmigo.
Me ha dado un sinfín de satisfacciones más allá de lo que nunca me hubiera atrevido a soñar.
Casi todas son inmerecidas.
Pero ninguna más que la de hoy: encontrarme ahora aquí, en el corazón de la democracia uruguaya, rodeado de cientos de cabezas pensantes.
¡Cabezas pensantes! A diestra y siniestra.
Cabezas pensantes a troche y moche, cabezas pensantes pa’ tirar pa’ arriba.
¿Se acuerdan de Rico Mac Pato, aquel tío millonario del pato Donald que nadaba en una piscina llena de billetes?
El tipo había desarrollado una sensualidad física por el dinero.
Me gusta pensarme como alguien que le gusta darse baños en piscinas llenas de inteligencia ajena, de cultura ajena, de sabiduría ajena.
Cuanto más ajena, mejor.
Cuanto menos coincide con mis pequeños saberes, mejor.
El semanario BÚSQUEDA tiene una hermosa frase que usa como insignia:
“Lo que digo no lo digo como hombre sabedor, sino buscando junto con vosotros”.
Por una vez estamos de acuerdo.
¡Si estaremos de acuerdo!
Lo que digo, no lo digo como chacarero sabiondo, ni como payador leído, lo digo buscando con ustedes.
Lo digo, buscando, porque sólo los ignorantes creen que la verdad es definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa.
Hay que buscarla porque anda corriendo de escondite en escondite.
Y pobre del que emprenda en soledad esta cacería.
Hay que hacerlo con ustedes, con los que han hecho del trabajo intelectual la razón de su vida. Con los que están aquí y con los muchos más que no están.

DE TODAS LAS DISCIPLINAS
Si miran para el costado van a encontrar seguramente algunas caras conocidas porque se trata de gente que se desempeña en espacios de trabajo afines. Pero van a encontrar mucho más caras que les son desconocidas, porque la regla de esta convocatoria ha sido la heterogeneidad.
Aquí están los que se dedican a trabajar con átomos y moléculas y los que se dedican a estudiar las reglas de la producción y el intercambio en la sociedad.
Hay gente de las ciencias básicas y de su casi antípoda, las ciencias sociales; gente de la biología y del teatro, y de la música, de la educación, del derecho y del carnaval.
Y en tren de que no falte nada, hay gente de la economía, de la macroeconomía, de la microeconomía, de la economía comparada y hasta alguno de la economía doméstica.
Todas cabezas pensantes, pero que piensan en distintas cosas y pueden contribuir desde sus distintas disciplinas a mejorar este país.
Y mejorar este país significa muchas cosas, pero desde los acentos que queremos para esta jornada, mejorar el país significa empujar los complejos
procesos que multipliquen por mil el poderío intelectual que aquí está reunido.
Mejorar el país, significa que dentro de veinte años, para un acto como este no alcance el Estadio Centenario, porque al Uruguay le salen ingenieros, filósofos y artistas hasta por las orejas.
No es que queramos un país que bata los récords mundiales por el puro placer de hacerlo.
Es porque está demostrado que, una vez que la inteligencia adquiere un cierto grado de concentración en una sociedad, se hace contagiosa.

INTELIGENCIA DISTRIBUIDA
Si un día llenamos estadios de gente formada va a ser porque afuera, en la sociedad, hay cientos de miles de uruguayos que han cultivado su capacidad de pensar.
La inteligencia que le rinde a un país es la inteligencia distribuida.
Es la que no está sólo guardada en los laboratorios o las universidades, sino la que anda por la calle.
La inteligencia que se usa para sembrar, para tornear, para manejar un autoelevador o para programar una computadora.
Para cocinar, para atender bien a un turista, es la misma inteligencia.
Unos subirán más escalones que otros, pero es la misma escalera.
Y los peldaños de abajo son los mismos para la física nuclear que para el manejo de un campo. Para todo se precisa la misma mirada curiosa, hambrienta de conocimiento y muy inconformista.
Se termina sabiendo, porque antes supimos estar incómodos por no saber.
Aprendemos porque tenemos picazón y eso se adquiere por contagio cultural, casi cuando abrimos los ojos al mundo.
Sueño con un país en el que los padres le muestren el pasto a los hijos chicos y le digan: “¿Sabés qué es eso?, es una planta procesadora de la energía del sol y de los minerales de la tierra”.
O que les muestren el cielo estrellado y hagan piecito en ese espectáculo para hacerlos pensar en los cuerpos celestes, en la velocidad de la luz y en la transmisión de las ondas.
Y no se preocupen, que esos uruguayos chicos igual van a seguir jugando al fútbol. Sólo que, en una de esas, mientras ven picar la pelota puedan pensar a la vez en la elasticidad de los materiales que la hacen rebotar.

CAPACIDAD DE INTERROGARSE
Había un dicho: “No le des pescado a un niño, enséñale a pescar”.
Hoy deberíamos decir: “No le des un dato al niño, enséñale a pensar”.
Tal como vamos, los depósitos de conocimiento no van a estar más dentro de nuestras cabezas, sino ahí afuera, disponibles para buscarlos por Internet.
Ahí va a estar toda la información, todos los datos, todo lo que ya se sabe.
En otras palabras, van a estar todas las respuestas.
Lo que no van a estar son todas las preguntas.
En la capacidad de interrogarse va a estar la cosa.
En la capacidad de formular preguntas fecundas, que disparen nuevos esfuerzos de investigación y aprendizaje.
Y eso está allá abajo, marcado casi en el hueso de nuestra cabeza, tan hondo que casi no tenemos conciencia. Simplemente aprendemos a mirar el
mundo con un signo de interrogación, y esa se vuelve la manera natural de mirar el mundo.
Se adquiere temprano y nos acompaña toda la vida.
Y sobre todo, queridos amigos, se contagia.
En todos los tiempos, han sido ustedes, los que se dedican a la actividad intelectual, los encargados de desparramar la semilla.
O para decirlo con palabras que nos son muy queridas: ustedes han sido los encargados de encender la admirable alarma.
Por favor, vayan y contagien.
¡No perdonen a nadie!
Necesitamos un tipo de cultura que se propague en el aire, entre en los hogares, se cuele en las cocinas y esté hasta en el cuarto de baño.
Cuando se consigue eso, se ganó el partido casi para siempre. Porque se quiebra la ignorancia esencial que hace débiles a muchos, una generación tras otra.

EL CONOCIMIENTO ES PLACER
Necesitamos masificar la inteligencia, primero que nada para hacernos productores más potentes. Y eso es casi una cuestión de supervivencia.
Pero en esta vida, no se trata sólo de producir: también hay que disfrutar.
Ustedes saben mejor que nadie que en el conocimiento y la cultura no sólo hay esfuerzo sino también placer.
Dicen que la gente que trota por la rambla, llega un punto en el que entra en una especie de éxtasis donde ya no existe el cansancio y sólo queda el placer.
Creo que con el conocimiento y la cultura pasa lo mismo. Llega un punto donde estudiar, o investigar, o aprender, ya no es un esfuerzo y es puro disfrute.
¡Qué bueno sería que estos manjares estuvieran a disposición de mucha gente!
Qué bueno sería, si en la canasta de la calidad de la vida que el Uruguay puede ofrecer a su gente, hubiera una buena cantidad de consumos intelectuales.
No porque sea elegante sino porque es placentero.
Porque se disfruta, con la misma intensidad con la que se puede disfrutar un plato de tallarines.
¡No hay una lista obligatoria de las cosas que nos hacen felices!
Algunos pueden pensar que el mundo ideal es un lugar repleto de shopping centers. En ese mundo la gente es feliz porque todos pueden salir llenos de bolsas de ropa nueva y de cajas de electrodomésticos…
No tengo nada contra esa visión, sólo digo que no es la única posible.
Digo que también podemos pensar en un país donde la gente elige arreglar las cosas en lugar de tirarlas, elige un auto chico en lugar de un auto grande, elige abrigarse en lugar de subir la calefacción.
Despilfarrar no es lo que hacen las sociedades más maduras. Vayan a Holanda y vean las ciudades repletas de bicicletas. Allí se van a dar cuenta de que el consumismo no es la elección de la verdadera aristocracia de la humanidad. Es la elección de los noveleros y los frívolos.
Los holandeses andan en bicicleta, las usan para ir a trabajar pero también para ir a los conciertos o a los parques.
Porque han llegado a un nivel en el que su felicidad cotidiana se alimenta tanto de consumos materiales como intelectuales.
Así que amigos, vayan y contagien el placer por el conocimiento.
En paralelo, mi modesta contribución va a ser tratar de que los uruguayos anden de bicicleteada en bicicleteada…

INCONFORMISMO
Les pedía antes que contagien la mirada curiosa del mundo, que está en el ADN del trabajo intelectual.
Y ahora agrando el pedido y les ruego que contagien inconformismo.
Estoy convencido que este país necesita una nueva epidemia de inconformismo como la que los intelectuales generaron décadas atrás.
En el Uruguay, los que estamos en el espacio político de la izquierda somos hijos o sobrinos de aquel semanario Marcha del gran Carlos Quijano.
Aquella generación de intelectuales se había impuesto a sí misma la tarea de ser la conciencia crítica de la nación. Anduvieron con alfileres en la mano pinchando globos y desinflando mitos.
Sobre todo el mito del Uruguay multicampeón.
Campeón de la cultura, de la educación, del desarrollo social y de la democracia.
¡Qué íbamos a ser campeones de nada! Y menos en esos años, en las décadas de los cincuenta y sesenta, donde el único récord que supimos conseguir fue la del país de Latinoamérica que menos creció en veinte años.
Sólo nos superó Haití en ese ranking.
Esos intelectuales ayudaron a demoler aquel Uruguay de la siesta conformista.
Con todos sus defectos, preferimos esta etapa, donde estamos más humildes y ubicados en la real estatura que tenemos en el mundo.
Pero tenemos que recuperar aquel inconformismo y tratar de metérselo debajo de la piel al Uruguay entero.
Antes les decía que la inteligencia que le sirve a un país es la inteligencia distribuida.
Ahora les digo que el inconformismo que le sirve a un país es el inconformismo distribuido.
El que ha invadido la vida de todos los días y nos empuja a preguntarnos si lo que estoy haciendo no se puede hacer mejor.
El inconformismo está en la naturaleza misma del trabajo que ustedes hacen.
Se precisa que se nos haga a todos una segunda naturaleza.
Una cultura del inconformismo es la que no nos deja parar hasta conseguir más kilos por hectárea de trigo o más litros por vaca lechera.
Todo, absolutamente todo, se puede hacer hoy un poco mejor que ayer.
Desde tender la cama de un hotel a matrizar un circuito integrado.
Necesitamos una epidemia de inconformismo. Y eso también es cultural, eso también se irradia desde el centro intelectual de la sociedad a su periferia.
Es el inconformismo el que ha ganado el respeto a pequeñas sociedades y a lo que hacen.
Ahí andan los suizos, cuatro gatos locos como nosotros, que se dan el lujo de andar por ahí vendiendo calidad suiza o precisión suiza.
Yo diría que lo que de verdad venden es inteligencia e inconformismo suizos, ese que tienen desparramado por toda la sociedad.

LA EDUCACION ES EL CAMINO
Y amigos, el puente entre este hoy y ese mañana que queremos tiene un nombre y se llama educación.
Y mire que es un puente largo y difícil de cruzar.
Porque una cosa es la retórica de la educación y otra cosa es que nos decidamos a hacer los sacrificios que implica lanzar un gran esfuerzo educativo y sostenerlo en el tiempo.
Las inversiones en educación son de rendimiento lento, no le lucen a ningún gobierno, movilizan resistencias y obligan a postergar otras demandas.
Pero hay que hacerlo.
Se lo debemos a nuestros hijos y nietos.
Y hay que hacerlo ahora, cuando todavía está fresco el milagro tecnológico de Internet y se abren oportunidades nunca vistas de acceso al conocimiento.
Yo me crié con la radio, vi nacer la televisión, después la televisión en colores, después las transmisiones por satélite.
Después resultó que en mi televisor aparecían cuarenta canales, incluidos los que trasmitían en directo desde Estados Unidos, España e Italia.
Después los celulares y después la computadora, que al principio sólo servía para procesar números.
Cada una de esas veces, me quedé con la boca abierta.
Pero ahora con Internet se me agotó la capacidad de sorpresa.
Me siento como aquellos humanos que vieron una rueda por primera vez.
O como los que vieron el fuego por primera vez.
Uno siente que le tocó en suerte vivir un hito en la historia.
Se están abriendo las puertas de todas las bibliotecas y de todos los museos; van a estar a disposición, todas las revistas científicas y todos los libros del mundo. Y probablemente todas las películas y todas las músicas del mundo. Es abrumador.
Por eso necesitamos que todos los uruguayos y sobre todo los uruguayitos sepan nadar en ese torrente.
Hay que subirse a esa corriente y navegar en ella como pez en el agua.
Lo conseguiremos si está sólida esa matriz intelectual de la que hablábamos antes.
Si nuestros chiquilines saben razonar en orden y saben hacerse las preguntas que valen la pena.
Es como una carrera en dos pistas, allá arriba en el mundo el océano de información, acá abajo preparándonos para la navegación trasatlántica.
Escuelas de tiempo completo, facultades en el interior, enseñanza terciaria masificada.
Y probablemente, inglés desde el preescolar en la enseñanza pública.
Porque el inglés no es el idioma que hablan los yanquis, es el idioma con el que los chinos se entienden con el mundo.
No podemos estar afuera. No podemos dejar afuera a nuestros chiquilines.
Esas son las herramientas que nos habilitan a interactuar con la explosión universal del conocimiento.
Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica.
Nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación.
No hay tarea más grande delante de nosotros.

EL IDEALISMO AL SERVICIO DEL ESTADO
Queridos amigos, estamos en tiempos electorales.
En benditos y malditos tiempos electorales.
Malditos, porque nos ponen a pelear y a correr carreras entre nosotros.
Benditos, porque nos permiten la convivencia civilizada.
Y otra vez benditos, porque con todas sus imperfecciones, nos hacen dueños de nuestro destino. Aquí todos aprendimos que es preferible la peor democracia a la mejor dictadura.
En los tiempos electorales, todos nos organizamos en grupos, fracciones y partidos, nos rodeamos de técnicos y profesionales, y desfilamos frente al soberano.
Hay adrenalina y entusiasmo.
Pero después, alguien gana y alguien pierde.
Y eso no debería ser un drama.
Con unos o con otros, la democracia uruguaya seguirá su camino e irá encontrando las fórmulas hacia el bienestar.
Nos toque el lugar que nos toque, allí vamos a estar tratando de poner el hombro.
Y estoy seguro de que ustedes también.
La sociedad, el Estado y el Gobierno precisan de sus muchos talentos.
Y precisan aún más de su actitud idealista.
Los que estamos aquí, nos acercamos a la política para servir, NO para servirnos del Estado.
La buena fe es nuestra única intransigencia. Casi todo lo demás es negociable.
Gracias por acompañarme.-
Pepe Mujica.