jueves, 26 de febrero de 2015

La Constitución o el delito

Santiago Kovadloff - LA NACION - 30 de junio de 2011

Queda claro: la lucha de fondo, a partir de aquí, será a favor o en contra de la Constitución. A favor o en contra de la ley. A favor o en contra de la alternancia. A favor o en contra del autoritarismo. Sólo después, si se impusiera el marco de un sistema político y jurídico saneado, la izquierda y la derecha tendrán ocasión de ofertar sus matices doctrinarios.

Hasta ese momento la lucha será otra. Hasta allí, lo que está en juego son dos concepciones de la gobernabilidad. Una es democrática, la otra no. Anteponer lo ideológico -como campo de confrontación prioritaria- a esta alternativa axiomática equivale a darle la espalda al drama del país para buscar amparo en el lirismo conceptual. O, lo que es peor, a instalar la discusión en un escenario que a todas luces le conviene al oficialismo para seguir camuflando con bellas palabras hechos deleznables y propósitos demagógicos.
Javier González Fraga hizo saber que si Ricardo Alfonsín se impusiera en las elecciones de octubre, su gobierno sería gradualista en todo menos en lo que atañe a la Justicia. En otros términos: no hay que enfriar la economía, pero sí hay que recalentar la vigencia de la ley. Tiene razón. La Constitución no regirá de veras si no se impone la intransigencia en su cumplimiento. ¿No es ésta acaso también la convicción de Elisa Carrió? ¿No es éste el planteo central de Eduardo Duhalde? ¿Y qué decir de Hermes Binner, sino que es este mismo principio el que lo define? Ninguna de las fuerzas partidarias interesadas en competir por la conquista de la próxima presidencia puede tener con el oficialismo una diferencia más sustancial que ésta ni un motivo más hondo para impulsar un acuerdo básico entre todas ellas.
Es fácil prever hacia dónde se encaminará el oficialismo si gana las elecciones de la próxima primavera. No es fácil en cambio advertir todavía si sus opositores están dispuestos a deponer las diferencias que los segmentan ante la necesidad de impedir que ese triunfo oficialista se produzca. Nadie como los Kirchner ha manipulado con tamaña astucia y afán de distorsión los recursos ofertados al poder por una democracia debilitada, en favor de un desvalimiento aún mayor de sus fundamentos.
Hay horas en las cuales no entender qué es lo decisivo para una nación puede resultar fatal para su porvenir. Esta es una de ellas. Las circunstancias exigen de las dirigencias opositoras una lucidez perceptiva que no admite más dilaciones. Lo que primeramente hace falta es derrotar al kirchnerismo. Se trata de identificar o dejar de identificar la línea divisoria entre quienes comprenden que es indispensable defender la democracia y volver a consolidarla y quienes la esquilman sin pudor por entender que es otro el camino que debe seguir la organización nacional. De modo que o se está con la Constitución o se está contra ella. Con el propósito de respaldarla o con el proyecto de abolirla en favor de otra legalidad.
La fortaleza moral imprescindible para restituirle auténtica significación al orden constitucional malamente vigente no puede tener otra raíz que la conciencia del dolor, del envilecimiento, de la estafa y del empobrecimiento sembrados por la decadencia en que nos encontramos. No son la riqueza que el Estado acumula ni el consumo desbordante y circunstancial que alienta los que harán la felicidad de nuestro pueblo -como querían Sarmiento y Alberdi-, sino su adecuada y honesta administración. La corrupción administrativa por parte del Estado convierte los recursos con que cuenta en un robo y en una herramienta extorsiva. No es pues el progresismo lo que debe discutirse hoy en la Argentina, si de veras se quiere ir al fondo de las cosas. Hay algo previo que cabe discutir y son las condiciones que hacen posible la gobernabilidad. Ellas remiten a dos procedimientos básicos que pueden promoverla. Uno es el delito. El otro es la subordinación a la ley. Uno y otro encaran de muy distinta manera lo que es urgente resolver: el empleo, la educación, la inversión, la salud pública, la inseguridad. Se trata de optar, de convalidar uno u otro de esos dos procedimientos. De generar o dejar de generar las condiciones propicias para que la política, democráticamente entendida, vuelva a despertar expectativas sociales de dignidad y progreso.
¿Implica el acuerdo entre Ricardo Alfonsín y Javier González Fraga una evolución de ambos partidos -el Justicialismo y la Unión Cívica Radical- hacia una complementación que reconoce tanto la necesidad de acatar las instituciones como la de aprender a gestionar el poder? Si así no fuera, un eventual recambio de inquilinos en la Casa Rosada no habrá significado nada más que una efímera ilusión. Si así fuera, la distensión del conflicto social y el gradual desarrollo del proceso educativo irán infundiendo al ideario republicano un peso social y cultural que no tiene. De modo que la cuestión primordial no es saber quién ganará y quién perderá. Lo que cabe saber es qué se ganará y qué se perderá con quien gane y con quien pierda. Se trata de ver si estamos dispuestos a ir hacia una reforma constitucional que asegure la reelección indefinida del oficialismo actual o hacia un proyecto de alternancia que devuelva consistencia y seriedad a la democracia argentina.
Como ha ocurrido siempre con el kirchnerismo, es él mismo quien genera sus mayores dificultades y abre sus flancos más vulnerables. Sus contradicciones lo desbordan y, al igual que en el caso de Jekyll, su lado oscuro termina por empañar su triunfalismo y su soberbia. Como ha escrito Eduardo van der Kooy: "Los casos Bonafini y Moyano no se circunscriben sólo a ellos, a sus pensamientos y sus conductas. Representarían también un estado de crisis (¿incipiente?) en dos de los tres engranajes que, desde 2003, le permitieron funcionar al sistema kirchnerista. Refiere a las organizaciones sociales y de derechos humanos y al sindicalismo. La otra pieza está paralizada hace rato. El peronismo vive encapsulado y temeroso. ¿No esconde esta patología, también, un estado de crisis potencial?"
Si Néstor Kirchner viviera, el fantasma de la reforma constitucional no sería agitado con imprudente insistencia en la trastienda del poder. La alternancia matrimonial seguiría desempeñando, seguramente, el papel que empezó a cumplir en el año 2007. No siendo ello posible, Cristina Fernández necesita uno o dos períodos más al frente del Ejecutivo para terminar de dar a luz su descendencia confiable, hoy en pleno proceso de cocción. Transformada en madre simbólica y doctrinaria, podrá ver mañana su identidad expandida y perpetuada en un hijo o en varios de ellos, que no necesitarán ser carnales para ser ideológicamente legítimos. Por el momento, las referencias constantes de su entorno a la necesidad de "proteger a Cristina" tienen su razón de ser. La Presidenta depende mucho más de lo que desearía de quienes la rodean, cosa que con Néstor Kirchner no ocurría. A ella hay que cuidarla. De él había que cuidarse.
Para configurar la contundente victoria electoral que busca, Cristina Fernández debe sumar, a los que ya tiene asegurados, votos que la siembra populista no le basta para cosechar. El sentimentalismo que vertebra la sensibilidad política de muchos argentinos y el auge consumista en curso se muestran dispuestos a brindárselos. Los dictados del corazón, tan fervorosos como volátiles en el orden político, y los descarnados intereses económicos que sólo tramitan por la vía del cálculo sus opciones constitucionales se perfilan así como plenamente complementarios. Y la Presidenta ha demostrado tener reflejos rápidos para capitalizarlos. Bien lo ha dicho recientemente James Nielsen: "La compasión que tantos sienten por Cristina desde que murió su esposo ha podido más que la inoperancia tragicómica del gobierno que encabeza". Lo demás y siempre a su favor, al menos hasta ahora, lo ha venido haciendo la desconfianza social en la política y, sobre todo, en la consistencia de las instituciones.
Más allá de lo discutible que pueda resultar este diagnóstico, lo cierto es que el nuestro es un país con dificultades profundas para generar mecanismos de control. Y de esa impotencia se alimenta muy buena parte de nuestro escepticismo social. Carlos Pagni ha dicho con precisión que el nuestro es un país políticamente insolvente. Apto para los procedimientos populistas pero no para las exigencias de una democracia cabal. Propicio para la instrumentación de la pobreza pero no para su resolución. Nadie lo sabe mejor que aquellos que hoy celebran la fragmentación y la diáspora en que andan sumidos los partidos políticos y festejan el retroceso del orden constitucional. Es, no obstante, en circunstancias como éstas que cabe decidir de qué lado nos pondremos. Si del lado de la resignación o del lado de una búsqueda tan difícil como imprescindible. Tan riesgosa como fundamental.
© La Nacion

La Autovía, a paso lento (nota del 24-6-2011)

La Provincia firmará el jueves el contrato con el nuevo concesionario de las rutas 2 y 11. El grupo adjudicatario, que se hará cargo de forma inmediata, deberá realizar la Autovía Conesa-La Costa.

Se había anunciado que la Autovía Conesa-La Costa se iba a comenzar a construir en abril de este año.
La esperada Autovía Conesa-La Costa avanza a paso lento. Lejos de las promesas de que en abril comenzaba su construcción, recién se informó que el gobierno de la provincia de Buenos Aires firmará el próximo jueves 30 el vínculo con el grupo empresario que se adjudicó la licitación para la explotación de las rutas 2 y 11.
Tras la firma del contrato de traspaso, la nueva concesionaria se hará cargo en forma inmediata. Hace unos meses, el gobierno provincial realizó la licitación que ganó el consorcio conformado por Benito Roggio e Hijos, Esuco y Helport (Grupo Eurnekian). Además de las rutas 2 y 11, la concesión por 30 años incluye a otras vías que llegan a la Costa como la 36, 56, 63 y 74. La información fue publicada por el diario “El Día”, de La Plata.
Asimismo, el grupo ganador de la licitación propuso que el valor del peaje de Samborombón sea de 29,8 pesos. A estos valores propuestos por las empresas recién se llegará al sexto año de una concesión que se extenderá por tres décadas. Este monto no contempla las cabinas de Maipú (Ruta 2) y Conesa y Mar Chiquita (Ruta 11), que tendrán sus propios valores.

http://www.entrelineas.info/2011/06/24/C-7889-la-autovia-a-paso-lento.php  

EL AGRO Y SUS IMPUESTOS

Resumen de la disertación del Contador Carlos Alberto Amado, en el marco del 1º Congreso Provincial de Profesionales de Ciencias Económicas de La Pampa Santa Rosa 2 – 3 y 4 de Junio de 2011
Por: Contador Carlos Alberto Amado
RESUMEN
Haciendo referencia a la evolución de la imposición en el agro en general y al IVA en particular podemos coincidir con el autor (*) “ Cuando hablamos de una realidad que transitó caminos muy diferentes al de la EQUIDAD, la GENERALIDAD y la NEUTRALIDAD, no podemos soslayar que el Fisco no ha permanecido inmóvil ante esta situación sino que ha generado generó acciones y disposiciones tendientes a corregirla. Su éxito ha sido parcial, indudablemente valorable, aunque en muchos casos ha generado una modalidad estructural en el impuesto, cuya consecuencia en parte aportó resultados contrarios a los buscados.
Veamos entonces algunas de estas disposiciones normativas que impactaron del modo indicado sobre la tributación del sector agropecuario:
1) La creación de un RFOG regido sucesivamente por la RG.AFIP :129/1998, 991/2001, 1394/2003 y actualmente la 2300/2007; todas ellas con sus modificatorias y complementarias. Si bien en su vigencia, la serie de resoluciones expuestas ha operado a favor de la formalización del sector, indiscutiblemente genera en el mecanismo mismo de ingreso y suspensión-exclusión dificultades operativas que resultan discriminatorias, lesivas en algunos casos, de la libertad en el desarrollo de la actividad y comprensiva de un mecanismo de retenciones que grava financieramente el sistema y en casos de los excluidos, prácticamente le imposibilita la actividad.
2) Los innumerables regímenes de retención, percepción y pagos a cuenta establecidos para los distintos productos, mecanismos de compleja interpretación y difícil aplicación, sobre todo en el caso de PYMES, que constituyen una gran proporción del sector, quizás ya no tanto en su valoración vinculada con la producción total, pero sí en cuenta a la cantidad de empresas y más aún, a la ocupación de fuerzas laborales.
3) La creación de un IVA ANUAL que primero modificó el ciclo temporal mensual del tributo, introduciendo la liquidación anual por medio del DNU 1684/1993, implementado por la RG. DGI 3.743; luego retraído al período mensual según la ley 25.063, reglamentada por la RG.AFIP 597; y luego destruido por la RG. AFIP 1.745/2004
4) Las alícuotas diferenciales que denotan en sí mismas dificultades del Fisco para conjurar la evasión del sector agrario, establecidas entre los débitos fiscales del sector ( 50% de la alícuota) y los créditos fiscales por las adquisiciones que realiza y los servicios que contrata ( al 100% de la tasa general ) . La sucesión de normas en uno y otro sentido fue la constante en el curso de la aplicación del IVA agropecuario ( ver. Decretos 499/1998, 599/1998 y leyes 25.063- vetada parcialmente por D.1517/1998- 25.239, 25.525, 25.710 Y 25.717. Ello no habla seguramente de generalidad y equidad y mucho menos del principio de estabilidad de las normas.
5) La regulación permanente de las normas, la última de las cuales RG AFIP 2.459/2008 – provocó un nuevo impacto negativo a laoperatoria de canjes, mecanismo sumamente utilizado por el sector inclusive por razones financieras, que hoy se ve muy limitado.
6) Las particularidades de los llamados contratos agropecuarios, muchos regulados por la ley 13.246: arrendamientos en especie, arrendamientos accidentales, pastaje, pastoreo, aparcerías, mediería, capitalización de hacienda, agricultura a porcentaje, pool de siembra, tambero mediero ( ley 25.169), maquila ( ley25.113), producción, trasplante y comercialización de embriones, contratos de labores y cosecha en participación, etc , que han originado una intervención del Fisco, generalmente mediante normas y dictámenes, algunos de ellos contradictorios.
7) La normativa generada en la ONCCA y en la SAGPyA, así como en la Secretaría de Transporte, trasladaron al nivel de la producción, obligaciones propias de los estamentos comerciales posteriores. Esto es de tal complejidad que, en casos como la venta de cereales entre productores, para consumo, el transporte conjunto de granos de dos o más coproductores, y otros, se vuelve imposible su cumplimiento, especialmente si se trata de pequeños productores, carentes de estructura administrativa propia y que terminan operando en sentido contrario al esperado, respecto de la formalización de las operaciones del rubro “. (*)
(*) Pag.241/243 Tratado Agropecuario de ERREPAR. Autor : N.LAZZARETTI
CONCLUSIONES (**)
“ En la actualidad, el no estar incluido en el Registro Fiscal de Operadores de Granos o ser excluido de este Registro implica, lisa y llanamente, para un productor agropecuario, estar “ fuera del mercado “, ya que las retenciones sufridas ( la totalidad del IVA y el 15% en concepto de IG ) y, en caso de productores agropecuarios, el no reintegro de parte de la retención sufrida hacen inviable la actividad;todo esto, sumado al saldo técnico a favor que arrastran los productores como consecuencia de la aplicación de alícuotas diferenciales.
En consecuencia, como asesores o administradores de empresas agropecuarias es fundamental estar atento al Registro. Si bien no dudamos de que para el Fisco es un elemento fundamental para la reducción de las operaciones marginales, es criticable que se hayan puesto en cabeza de los operadores obligaciones tales como controlar, por ejemplo, que los arrendadores estén inscriptos ( cuando en realidad debería ser el mismo Fisco el que, al detectar esta situación, se ocupara de intimar o requerir la inscripción ) o por ej peor aún, que en el caso de los fideicomisos se controle que los fiduciantes estén inscriptos en ganancias o que hayan presentado las declaraciones juradas… piense en un fideicomiso de 200 fiduciantes en donde cada uno transfiere dinero en pequeñas cantidades para aplicarlo a la siembra. La AFIP debería, a nuestro criterio, ser quien ejerza las facultades de fiscalización, en todo caso, utilizando la información suministrada ( pero no poner en cabeza del operador cargas por demás excesivas ).”
NOTA : Se citó en forma textual a los autores por entender que expresan en forma sintética el cuadro de situación actual de la imposición en el agro con una mirada critica pero ecléctica y porque nos dejan una clara advertencia sobre la importancia del RFOG que resulta fundamental a la hora de planificar nuestras tareas profesionales así como la organización del estudio.
(**) Pag.405/6 Tratado Agropecuario de ERREPAR. Autoras Josefina BAVERA-Claudia CHIARADIA.
CONCLUSION FINAL :
  • En resumen, puede observarse un creciente grado de complejidad y burocracia en la administración de la empresa agropecuaria lo cual implica a su vez mayores costos y más tiempo dedicado a tareas que no obstante ser improductivas resultan necesarias para poder operar, y en general implican una mayor organización. Esto sin dudas se traslada a nuestros estudios y es por ello que debemos apostar a la capacitación continua tal como lo ha hecho nuestro Consejo desde un principio y del cual este evento es una prueba cabal.
  • Esto, amén de ser una amenaza para nuestra profesión, es también una oportunidad para prestar más y mejores servicios. Vemos que esta conclusión está en línea con el OBJETIVO de este Congreso :
    • – Actualizar a los Profesionales de Ciencias Económicas en aquellas áreas definidas, a los efectos de permitir que los mismos brinden cada vez un mejor servicio y con un mayor valor agregado
  •  “El pesimista ve en cada oportunidad una dificultad, el optimista ve en cada dificultad una oportunidad.“ ( Winston CHURCHILL ).
http://www.pregonagropecuario.com.ar/html.php?txt=2409 

NORMA ESTHER MONTENEGRO EN POESIA A GRAL. LAVALLE


Mercados de las carretas

En la ciudad de Buenos Aires, el punto general de reunión de viajeros y tropas de carretas que partían para los pueblos del interior fue en un principio la Plaza Mayor; mas tarde, hacia 1811, de la Ranchería y el Hueco de la Fidelidad (hoy actual plaza Monserrat). Luego fue la plaza de la Concepción y el mercado del Sur o Plaza Constitución. Esta plaza, hacia 1865, era uno de los lugares menos urbanizados de Buenos Aires. Allí se daban cita en gran número, las carretas que provenían del sur de la provincia y se hacían activas transacciones, lo que dio a llamar en ese lugar, "Mercado de Constitución" .Los Gauchos pasaban meses enteros debajo de estas carretas, mateando y charlando hasta que el patrón vendiera toda la carga. Un aspecto semejante ofrecía el "Mercado del Once de Setiembre" donde arribaban las carretas con productos del oeste.

No había allí servicio de alumbrado; solo alguno que otro farol a kerosene que comerciantes adinerados atendían personalmente.
Por las noches resultaba típicamente criollo el aspecto de estas plazas , al divisarse junto a las carretas , la lumbre de los fogones, a cuyo calor, bordoneaban las guitarras y voces gauchos que traían el recuerdo de la inmensa pampa despoblada casi, con alguna que otra estancia perdida en su soledad, se trenzaban en cálidas y varoniles payadas.

Por los años en que Chascomús era punta de rieles, las carretas continuaban el transporte de mercaderías para proveer a las esquinas, pulperías y  estancias del sur, regresando luego repletas de lana y frutos del país.
Don Julio Cesar Gascón (1846) cuenta que Don Pedro Luro tuvo una de esas tropas de carretas  y el paso que buscaba en el río Salado era el de La Postrera, o en su defecto el de Villar, un poco mas río abajo. Con las lluvias engrosaba mucho su caudal y era necesario esperar en su margen norte que las aguas bajaran. Ello determinaban que se reunieran en La Postrera, nutridas tropas guiadas casi todas por vascos. Allí se hacían alegres reuniones en las que la bota de vino circulaba de boca en boca con gran rapidez, al tiempo que se entonaban "tristes", " milongas" y "estilos" y hasta se bailaban "malambos" y "cifras". De las rancherías mas próximas acudían  las muchachas del pago al campamento de las carretas. Se jugaba a las cartas y "corría la plata como agua".
Hacia la zona de Las Flores y de Azul, particularmente antes del año 1873, en que llegó el ferrocarril, las tropas de carretas tuvieron un activo comercio.
Una de las empresas mas importantes fue la de Don José Benito Paz que servía la la línea de Buenos Aires a Azul. Contaba con catorce carretas y se ocupaba preferentemente del transporte de cueros y lana.
Don Benjamín Valdor tenía una tropa de carretas "bien aperadas y muy particular emboyada" (decían sus avisos), que traficaban con los pueblos de Areco, Salto, Arrecifes, Rojas, Pergamino, San Nicolás y llegaban hasta Río Cuarto y San Luis.
bullet    De la plaza de la Concepción partía la tropa de Manuel Baudar, conduciendo cargas para Chascomús, Azul, Tandil, El Moro y Quequén.
bullet    La Lujanera transportaba frutos del país desde las estancias de Zarate, Pilar, y Lujan, hasta las estaciones ferroviarias o hasta Buenos Aires.

Además de las carretas se usaron por aquellas épocas para llevar los productos de las estancias hasta los núcleos poblados, carros abiertos de dos y cuatro ruedas, a los que también se les decía "chatas",. Ejemplo de uno de esos últimos es el "carro de Olavarría", construido en el pueblo de San Jorge, partido de Laprida, en el sur de Buenos Aires, hacia 1898 y que fue usado durante mucho tiempo para acarrear lanas, cueros y cereales en los partidos de Olavarría, Laprida y General Lamadrid, hasta 1930
Era arrastrado por 10 ó 12 caballos en épocas de buenos tiempos, pero cuando llovía, llegaban hasta16.
También se usaron carros vareros, de unos cuatro metros de largo y dos de alto, de dos ruedas. Servían  para el acarreo de cereales, lanas y toda clase de cargas. Era tirado por un caballo varero, dos balancines y tres cadeneros.
Bibliografía : Pampas y Estancias
autor: Carlos Antonio Moncaut
Editorial: El aljibe,  City Bell  1978 

miércoles, 25 de febrero de 2015

Entrevista con Beatriz Sarlo - "El peronismo es tan indispensable como Borges"

Analista lúcida de la realidad argentina, la ensayista afirma que la obsesiona la necesidad de comprender la naturaleza compleja del movimiento que fundó Perón, con su actual variante kirchnerista; por eso, sostiene que su último libro, La audacia y el cálculo, Kirchner 2003-2010, del que ofrecemos un anticipo, no es un panfleto sino un esfuerzo para pensar el presente y analizar a un gobierno que, señala, propone una visión parcial del progresismo, carece de escrúpulos y hace un "uso instrumental de los derechos humanos" Por Ricardo Carpena

Sábado 30 de abril de 2011 | Publicado en edición impresa - La Nación
"El peronismo es tan indispensable como Borges" Para un sector político que quiere construir una imagen de progresista, ella es la intelectual de izquierda con la suficiente autoridad como para destrozar ese decorado. Para un sector político que aspira a imponer su pensamiento como único y dominante, es la pensadora de prestigio que deshace los preceptos más intocables. Pero para qué andar con tantos rodeos: para el kirchnerismo, Beatriz Sarlo es una pesadilla.
Se sabe que acercarse a las ideas de la célebre autora de Escenas de la vida posmoderna es un viaje de ida. Porque nadie sale indemne de la experiencia de leerla o de escucharla, algo que, como mínimo, puede provocar efervescencia cerebral en el argentino promedio, aunque en estos últimos años lo que ha generado con más frecuencia son ataques de nervios en ese kirchnerismo al que Sarlo le resulta a veces incomprensible y casi siempre intolerable.
La imposibilidad de que ella pase inadvertida se acrecentó con la aparición de su nuevo libro, La audacia y el cálculo, Kirchner 2003-2010 , una incisiva radiografía de los años en que amasó su enorme poder el fallecido ex presidente. La autora se jacta de que no es un "panfleto" antikirchnerista porque, a diferencia de otras obras que analizan el mismo tema, aquí prefiere utilizar "cierto discurso argumentativo".
Quizá ésa sea una característica distintiva de este libro: Sarlo afirma en el prólogo que buscó "la perspectiva de un historiador de la cultura al que le ha tocado como objeto el presente". Y así, a veces con la simple descripción o el análisis menos alambicado, logra un profundo repaso de la era de orokirchnerista, en el que no descuida una mirada sobre las incursiones de los políticos en la TV, en un territorio de pulsiones mediáticas que llamaCelebrityland , ni sobre la "política 2.0", es decir, la curiosa relación de la dirigencia y de los militantes con los blogs, las redes sociales e Internet.
"La empresa de mi vida fue entender el peronismo", afirmó Sarlo a Enfoques al hablar de su flamante proyecto, a partir del cual se permite dudar sobre si el kirchnerismo "se conservará o no como una de las tantas variantes" del movimiento que fundó Juan Domingo Perón.
Para no romper su fama, la ensayista se mostró implacable al caracterizar a los Kirchner: "Néstor era un político muy inteligente y carente totalmente de escrúpulos en el uso del aparato del Estado en su beneficio"; "Cristina ha recibido una gran herencia, es una gran parlamentaria, pero no es políticamente interesante".
Sarlo también puso en la mira a la oposición, aunque advirtió que no está desesperada por organizarla para vencer al oficialismo en las próximas elecciones: "Puede ser mala, pero tiene que basarse en su propia organización", sostuvo.
-A partir de sus notas y de este libro, ¿siente que puede entender verdaderamente el fenómeno kirchnerista?
-La empresa de mi vida fue entender al peronismo. Esta es la empresa con la cual nace a la política mi generación, con la idea de que nuestros padres habían cometido un grave error político celebrando la caída de Perón por un golpe de Estado, cosa que fue la madre de todas las desgracias argentinas. Mi generación, por tanto, tomó la idea de comprender la naturaleza compleja del populismo nacionalista, a veces conservador y a veces revolucionario, que fue el peronismo, y lo tomó como una tarea intelectual y política. De allí la idea de seguir pensando al kirchnerismo, que veremos si se conserva como una de las tantas variantes del peronismo. El peronismo ha producido una gran cantidad de buenos textos de historia y de ciencia política, además de buenos ensayos, precisamente porque ha habido un contingente de gente de los últimos cuarenta años dedicada a pensar eso. En algunos casos, como el caso de Horacio González, pensado desde el interior, y en otros, pensado con diversos grados de crítica. El libro no es ajeno a ese movimiento de mi generación. El peronismo es tan indispensable como Borges.
-¿En qué sentido?
-En el mismo sentido en que Borges es indispensable para la literatura argentina. Cuando una literatura tiene un escritor como Borges, no hay un escritor o un crítico que pueda sustraerse a colocarse respecto de ese escritor. Lo mismo que es Dante en la literatura italiana o lo mismo que es Shakespeare en la literatura inglesa. Es imposible hacer funcionar la máquina de esa literatura sustrayendo esa pieza fundamental. En el caso del peronismo, es imposible entender a la Argentina desde 1940 en adelante sustrayéndose a la comprensión de esa pieza fundamental.
-Usted dice en el libro que el kirchnerismo ha ganado una batalla cultural. ¿En qué consiste ese triunfo?
-Es una equivocación si lo pensamos como la batalla de Ayacucho, en donde a partir de ahí los españoles se retiran de América latina. Uno podría decir que se implantaron ciertos temas si pensamos en cómo llegar no a 40 millones de argentinos sino a una minoría muy pequeña, aunque más activa, a la que le interesa la política. Pero el primer capítulo en el cual los Kirchner logran implantar un tema es cuando dan la batalla por la ley de medios y la ganan. Es ahí donde algunos se dieron cuenta de que los Kirchner, además de favorecer sus propios intereses políticos introduciendo una ley de medios que es como una colcha de retazos, con aspectos terribles, con aspectos buenos, introducían allí elementos que tienen que ver con un ideal comunicativo que no es el ideal periodístico sino el de la comunicación de identidadesculturales, perfectamente legítimo. El segundo elemento es la transformación que se produce durante el Bicentenario. Dos o tres millones de personas dando vueltas produjeron un doble efecto: no estaban celebrando al Gobierno, pero estaban en una celebración que el Gobierno había montado. Con el acto que Cristina Kirchner hace en Vuelta de Obligado, ellos descubren un mix de cultura teatral circense, tipo Fuerza Bruta, más un compacto de revisionismo nacionalista, que es como el fondo de cocina de una ideología histórica popular, con una gran puesta en escena gracias al dinero del Estado.
-Hay un mito, o no, de que Kirchner fue el que reinventó la política. Con "audacia y cálculo", como dice su libro.
-Esa es una consigna de los kirchneristas, no es algo que yo desarrolle como hipótesis. Esto se puede pensar desde el punto de vista de los kirchneristas cultos: que Néstor restablece la política porque es un decisionista, que encara el decisionismo schmittiano , que vendría a ser el condensado máximo y más alto de la política, es decir, el que establece y define el conflicto y lo corta, lo resuelve. Cosa que intentó hacer con el campo y le salió mal, y con la ley de medios le salió bien. En el otro sentido, más banal, es que le dio un mayor atractivo a la política. Después de la crisis de 2001, él era el personaje más atractivo de lo que se había forjado hasta ese momento.
-De alguna forma, lo sigue siendo si se mira la orfandad de la oposición, sin propuestas, sin audacia, con papelones como los de Eduardo Duhalde en la interna del PJ Federal o el del radicalismo buscando aliarse con alguien que está en sus antípodas como Francisco de Narváez. Parece que extrañaran la época en que su existencia tenía sentido si tenían enfrente a Kirchner.
-Esto marca, además, que para ser político no hay que ser muy culto sino tener una especie de sensibilidad en la lectura de cómo van los ríos subterráneos, cómo se organizan las tendencias. Era un político muy inteligente en ese sentido y carente totalmente de escrúpulos en el uso del aparato del Estado en su beneficio. Ella [por Cristina Kirchner] ha recibido una gran herencia, es una gran parlamentaria, pero no es políticamente interesante. Por otra parte, los medios de comunicación, quienes opinan en ellos y quienes opinamos en ellos parecemos todos desesperados en organizar la oposición. Y la oposición puede ser muy mala, pero tiene que basarse en su propia organización. A las internas de la oposición no las descalifico de entrada: no me parece poco interesante que Ricardo Alfonsín tenga la cabeza partida por el hachazo de seguir con De Narváez o con Margarita Stolbizer. La discusión que ahí se da no es meramente electoral y me parece interesante. No tengo una visión tan cínica de la política como para decir "a ganar, a ganar, a ganar". Porque después se ven los resultados de ese "hoy ganamos y mañana jugamos bien". Eso fue la Alianza.
-¿Cree posible que exista un kirchnerismo sin Kirchner? La Presidenta mantiene el estilo, pero ha dado algunos guiños en un sentido contrario al que podría haber adoptado su marido, como el intento de recomposición de relaciones con el FMI, por ejemplo.
-El tipo de gobierno de Kirchner fue, por una parte, con un tipo de capitalismo oscuro, de amigos, y, por otra parte, con grandes oportunidades de negocios para el resto del capitalismo argentino, además de un manejo irrestricto de los negocios del Estado. Eso se puede seguir haciendo. Si viene un ciclo económico favorable en la Argentina, el resto de los capitalistas puede hacer negocios. Entonces las dificultades serán las que hoy tienen en Techint, les van a poder meter un sabueso ahí adentro. Si es cierto lo que dicen los economistas de que con algunas medidas sensatas se puede gobernar la inflación, quizá no tenga fecha de vencimiento. Y, por tanto, uno puede ser tranquilamente opositor porque todos los rasgos antiinstitucionales, corruptos, lo constituyen a uno como tal, pero, al mismo tiempo, no está obligado a votar a un gobierno de salvación nacional. No estamos ni invadidos por una potencia extranjera ni en un momento de crisis en la cual el Parlamento se reúne y le entrega a alguien los emblemas de la República. Cuando uno cree que hay que hacer cualquier cosa para sacar al kirchnerismo del poder está pensando en el esquema de salvación nacional y es disparatado: esos gobiernos tienen fecha de vencimiento.
-Como crítica tan dura del kirchnerismo, algún tipo de salvación política seguramente debe de imaginar?
-Hay que cambiar eso. Será difícil ganarles las elecciones, pero lo peor que sucedió en este país fue cuando la oposición pensó que a Perón no se le ganaban nunca más elecciones y había que hacer un golpe de Estado. Hoy a nadie se le ocurre un golpe, pero entonces ocurren las químicas más extravagantes por las cuales yo, que soy opositora del kirchnerismo, voy a tener que verme obligada a votar por Macri. Nunca. Tampoco voy a votar por Cristina Kirchner, pero no va a haber química que me obligue a votar por Macri. Voy a votar libremente porque no estoy ni invadida por un país extranjero ni en situación de crisis terminal. Voy a votar con libertad.
-La oposición no termina de aparecer como una alternativa real de poder.
-Es muy difícil en una tradición bipartidista. Es muy difícil establecer una alternativa real de poder. Eso también lo podríamos decir de la democracia norteamericana. Y donde aparece eso, surge con muchas dificultades. Los liberales ingleses hace veintipico de años que están recorriendo ese camino. Es muy difícil una alternativa cuando hay tradiciones de grandes agrupaciones políticas e identidades y automatismos electorales. ¿Cuántos norteamericanos quisieron entrar en eso? Llegan hasta alcalde de Nueva York y después no pueden, tienen que ser cooptados por uno de los dos grandes partidos. Es muy difícil producir esa tercera alternativa. Sobre todo lo fue para el Frepaso, la más numerosa de esas terceras alternativas y con políticos muy talentosos como Chacho Alvarez y Graciela Fernández Meijide. El Frepaso hizo lo que no tenía que hacer: la Alianza. Primero creyó que había que derrotar a Menem. En el imaginario esa Alianza creía que había que derrotar al menemismo cuando, en realidad, había que derrotar a Duhalde que ya hacía tres años que estaba separado del menemismo y con un discurso más industrialista. Entonces, primero hizo una alianza con un fantasma más vinculado con el pasado que con una apuesta al futuro. Para colmo, no había terminado de armar una base propia y fue a una alianza con un partido que tenía una cultura política incompatible. No se hace eso. Sería fantástico: todos nos miramos a los ojos, nos damos la mano y cantamos una que sepamos todos. Pero no es así la política. No hay una que sepamos todos.
-¿Cuál sería la opción, entonces?
-No tengo opción?
-Pero, ¿qué imagina que pasará?
-Lo que más podrá ampliar al radicalismo va a ser para el lado de De Narváez, pero va a tener un problema con Stolbizer. Estuve mirando los números y Stolbizer le ganó la provincia a De Narváez cuando compitieron contra [Daniel] Scioli. O sea: que el radicalismo mire los numeritos. De Narváez le ganó al kirchnerismo, con una masa ingente de dinero, en un momento bajo del oficialismo. Ahora, ¡ojo los radicales con lo que van a hacer! A ver si por hacer esto pierden lo que podrían tener.
-¿Usted es de esos antikirchneristas incapaces de reconocer logros del oficialismo? Jorge Fernández Díaz publicó hace dos semanas una imperdible nota en la cual destacaba cómo se dividió la sociedad: cuesta tanto que los kirchneristas hagan alguna autocrítica como que los antikirchneristas reconozcan ciertos méritos de Gobierno.
-Soy antikirchnerista, pero mantengo muy buen diálogo con los intelectuales kirchneristas. No creo que los intelectuales notorios del kirchnerismo digan otra cosa de mí. No me imagino a Ricardo Forster, Horacio González o María Pía López diciendo eso. Ni yo digo que ellos sean corruptos ni que estén contra las instituciones. Son kirchneristas, pero no son eso. En general soy vista por los antikirchneristas como una persona que hace demasiado esfuerzo por entender, y por los kirchneristas como alguien que debería entenderlos porque tiene todos los elementos para hacerlo.
-Es curioso que no haya un profundo debate político entre intelectuales.
-Vengo de una larga militancia política desde fines de los 60: conozco a toda esta gente, ellos me conocen. Hay algunos, como Osvaldo Bayer, que no tienen la menor simpatía conmigo, pero no acabo de llegar a este campo. Vengo de la izquierda revolucionaria, los conozco, sé cómo piensan, ellos saben cómo yo pensé? Tampoco exageremos. Raymond Aron y Jean-Paul Sartre no se pasaron cuatro décadas debatiendo entre ellos. Porque el debate implica que las personas que entran en eso tienen que salir de aquello que están pensando para hacerse cargo de la perspectiva del otro.
-Tampoco habrá posibilidad de que usted debata con José Pablo Feinmann, otro intelectual kirchnerista.
Ya debatí con Feinmann, pero, además, él ya me dijo de qué enfermedad me tengo que morir, en Página 12 ha dicho de todo de mí. No le contesté porque no debato en esos términos. Pero yo hago historia de la cultura argentina y antes tampoco florecían los debates. ¿Cuándo aceptó debatir Tulio Halperín Donghi, el más grande historiador argentino? No anda por ahí como perro carroñero debatiendo... Estas son cosas que un día se instalan y uno termina diciendo "qué desgracia que no hay debate"...
-En el libro advierte que "el kirchnerismo no es el único progresismo posible de la Argentina real" y que, por el contrario, "el progresismo hoy tiene ideales que Kirchner no conoció". ¿Cuáles son esos ideales?
-El tema del progresismo, hoy, es el ideal democrático, una democracia ampliada, una democracia cada vez más profunda y cada vez más inclusiva. Usted me podrá decir que es el tema del progresismo porque en los países donde ese tema aparece los problemas de los ingresos mínimos están satisfechos, pero, bueno, no se puede hacer por etapas. Ese es el tema de las nuevas políticas. El kirchnerismo hizo su aporte porque puso la ley de matrimonio igualitario, pero no va a apoyar la ley de la despenalización del aborto. Son los derechos que hoy se debaten. Esos y muchos otros, como toda la cuestión inmigratoria. Y, además, algo que suena totalmente ideal en este momento, pero la Constitución del 94 tiene zonas muymamarrachescas y necesita ser cambiada. Lo que pasa es que cuando se habla de cambiar la Constitución todos empezamos a temblar porque no sabemos qué otra cosa aún más bizarra puede aparecer. Y después, parece una trivialidad decirlo una vez más, pero está abierta la cuestión educativa en la Argentina: es de quinta la educación de los pobres. Es profundamente inigualitaria, profundamente diferenciadora. Algunas profesiones ya vienen segmentadas socialmente. Hay muchas cosas que hacer, no necesariamente para resolver en los próximos cinco años.
-En materia de derechos humanos, ¿qué es lo más criticable de Kirchner? Usted destaca en el libro que él llegó tardíamente a preocuparse del tema.
-No es una crítica, sino simplemente una constatación. Llegaron tan tarde al tema que se produce el gran acto fallido en el acto de la Esma, cuando Kirchner se olvida del juicio a las juntas. En general, todos los justicialistas llegaron tarde al tema. El uso instrumental de los derechos humanos me resulta horrible. Y el haber convertido a algunas organizaciones de derechos humanos, que habían logrado el máximo de los respetos, como Abuelas [de Plaza de Mayo], en una especie de anexo del aparato cultural e ideológico del Frente para la Victoria, me parece terrible, una pérdida para la Argentina. Hay una cosa que Graciela Fernández Meijide manejó perfectamente: cuando entró a la política dejó de funcionar como la madre de Pablo, el desaparecido. Entra a la política porque reconoce que ahí hay una separación necesaria entre las organizaciones de la sociedad civil que le van a reclamar siempre a la política, sin debilitarse, que lleve adelante sus reclamos. Esto fue lo que los Kirchner destruyeron, cooptando a hijos y a nietos de desaparecidos.
-Usted escribe que "los K reabrieron el debate entre izquierda y derecha para expropiar a la izquierda en su beneficio", pero la oposición, en general, parece correrse a la derecha.
-Si Elisa Carrió, por ejemplo, es de centroderecha, ¿a Macri dónde lo ponemos? Se cayó del mapa... En cualquier lugar de la Tierra, Carrió es de un partido liberal. Los Kirchner son muy hábiles: instalan a Carrió en la centroderecha. Es una operación. Esta es la batalla cultural que ganaron: nos definieron el espectro político. En la izquierda no hay disputa porque ellos ocuparon todo ese lugar. Y entonces en vez de pensar qué está pasando, se da por bueno lo que definen como etiqueta?
-Es cierto. Hasta parecen de izquierda un ex militante de la Ucedé como el ministro Amado Boudou o Hugo Moyano, que en los años setenta estaba en una agrupación de la derecha peronista dura como la Concentración Nacional Universitaria (CNU)...
-La cuestión no es el pasado, ese pasado tan remoto: "Yo no soy la que fui". Entonces no tengo que pensar que [Carlos] Kunkel es el que fue. Lo que pasa es que él es tan tonto como cuando era comandante montonero. De lo único que sabía era de fierros y después estuvo quince años preso y salió como salió. Pero nadie es lo que fue, entonces yo juzgo a las personas más o menos en ese pasado. No sé, estoy muy descontenta de cómo estamos pensando la política.
-¿Habla de la sociedad?
-No pienso como una vez le dijo Juan Carlos Torre a un amigo en la cola de un supermercado. Cuando le comentó que la gente decía no sé qué cosa del Plan Austral, Torre, impertérrito, le dijo: "¿No sabés que a la gente no hay que escucharla jamás?".
-En política es muy difícil no escuchar a la gente. Hay que tener un oído puesto ahí, ¿no?
-¿Un oído? Medio oído. ¿Usted piensa que la gente estaba pidiendo que se juzgara a las tres juntas militares en 1982? Había clima de fin de dictadura por la derrota en la guerra [de Malvinas]. ¡Una velita a Thatcher todos los días de su cumpleaños, pobre señora! Le puso la reforma a Inglaterra, pero nos dio la democracia. No se sale de una guerra perdida así, donde la gente había donado sus joyas, mandado budín inglés a las Malvinas, cambiado el nombre a la sopa inglesa, hecho cuanta pelotudez se pueda hacer... Pero Alfonsín le dio una forma. Y ojo porque Luder, que dijo que la autoamnistía estaba bien, tampoco sacó el 10% de los votos. La sociedad estaba partida. Alfonsín le dio una forma a lo mejor de esta sociedad, pero no sé si todos andaban pidiendo "juicio a los comandantes". Estaban las Madres [de Plaza de Mayo] ahí. ¿[Dante] Caputo escuchaba a la sociedad cuando lo llevó a Alfonsín a la reunión de la Internacional Socialista? Caputo sólo se escuchaba a sí mismo. Le pareció que tenía que ir y ahí empezó la conversión socialdemócrata de Alfonsín.
-Los políticos de hoy, en realidad, sólo tienen los oídos puestos en las encuestas, son presos de la imagen.
Creen demasiado en las encuestas. No necesitás un focus group para saber que a la gente le cae mejor [Gabriela] Michetti, pero que duda si ella no va a ser un poco menos eficiente que [Horacio] Rodríguez Larreta. No necesitás un focus group para eso. Necesitás viajar en subte. Ahora, si nunca viajás en subte, sonaste...
-Usted habla en el libro de Celebrityland , al aludir irónica y críticamente a esa dependencia que tienen la mayoría de los políticos de la televisión y que los lleva a hacer cualquier cosa. ¿Cómo se rompe ese especie de corsé?
-No se rompe, en todos los lugares es así. Brasil tiene una de las situaciones más terribles. Quizá la rompe un dirigente que tiene la capacidad de salir. Pero la lógica es así. Y se rompe si no se hacen indignidades. "Gran cuñado", no. Carrió no fue a "Gran cuñado", y eso es lo que yo respeto en un político. No discuto el grado de desviación de centroderecha, de centroizquierda. Yo discuto si fue a "Gran cuñado" o no.
-¿Tan determinante le parece?
-Totalmente. Hay que tener un poco de respeto por tu representación. Aspiran a representar en el gobierno al Estado. Ahí trazás una línea que es la que te constituye, una línea en la que decís "no". Por ejemplo: "Fumo marihuana, pero heroína mezclada con crack, no". Ahí trazás una línea. Quiere decir que tenés una columna vertebral y que no estás dispuesto a hacer todo.
-Si usted cree que "Gran cuñado" marcó la gran degradación de los políticos en 2009, estamos en un año electoral y es altamente probable que corramos el mismo riesgo.
-Algo va a haber, alguna maldad van a inventar, y cada vez más degradado todo. Pero alguien que quiere ocupar el gobierno representando al Estado tiene que tener un punto en el que dice que no. Ya no estamos pidiendo héroes. Sólo un punto.
© LA NACION
MANO A MANO
Me cayó simpática, pero, sobre todo, lo que me gustó de Beatriz Sarlo fue que me dejó con muchas preguntas sobre el país, para las que aún no tengo respuestas. Quizá sea ése el gran aporte que puede hacer un intelectual: obligarnos a pensar más y mejor; dejarnos sin contestaciones automáticas, sin atajos facilistas. Sarlo está alejada de cualquier estereotipo. Habla con claridad, es sencilla, nada soberbia, con una profundidad que es muy poco común. Sobre todo cuando esa filosa capacidad de analizar y de ir al meollo de algunos de los dilemas argentinos se desarrolla en tiempo real, no con la comodidad de quien se sienta a escribir y tiene tiempo para pensar y corregir. Me gustó que cuestionara ciertos argumentos de mis preguntas. Fue, en el mejor de los sentidos, un diálogo enriquecedor, sin red. Entiendo por qué es la encarnación del demonio para los K: militó en la izquierda, tiene más pergaminos progresistas que muchos y, como dijo, los conoce desde la década del sesenta. No le gustó cuando hablamos de quienes la califican de "gorila de izquierda", pero para responder hizo aquello por lo que es tan famosa: lo pensó bien.
"GORILA DE IZQUIERDA"
Las polémicas que despierta Beatriz Sarlo son clásicas, así como son también tradicionales algunas acusaciones que recibe, sobre todo en el mundo de las redes virtuales y de los foros en Internet, donde el peso de sus ideas se suele contrabalancear más con injurias que con pensamientos sólidos y distintos. Quizá lo que llame la atención, por la antigüedad de la expresión, más típica de los años setenta, es cuando varios de sus críticos coinciden en calificarla de "gorila de izquierda".
-¿Le molesta o no que le digan así?
-Creo que no soy gorila, pero es muy tradicional [la acusación]. En todo caso, prefiero que me digan de izquierda a que me digan de derecha.
-¿Duele lo de gorilismo? Algunos están orgullosos de ser gorilas.
-Mi generación vivió una vida tratando de no recibir el calificativo "gorila", pero corre por cuenta de quien lo dice. Por ahí fracasé y soy gorila...
-¿Pero no es algo que la condiciona cuando escribe? ¿No hay una especie de mecanismo de preservación que la lleve a cuidarse o a cambiar algunos planteos para no quedar enrolada en el "gorilismo"?
-No, en realidad no creo ser gorila. Si me comparo con Marcos Aguinis, Juan José Sebreli o Santiago Kovadloff, tengo que pedir la ficha de afiliación. (Risas.) Depende de con quién te compares. Pero en un arco donde estén Carlos Altamirano, Emilio de Ipola, Tito Palermo, en donde todos somos más o menos así, ninguno merecería el adjetivo de "gorila". Esa es la gente con la cual hablo. Para mi generación era el peor insulto que se podía recibir, pero tipos como [Jorge] Coscia son tan sectarios que me inclinaría a llamarlo gorila a él. Un gorila peronista.

EL JUEZ LIBERO LA CARTA LEAMOSLA, Y HAGAMOS UN HOMENAJE AL DR. FAVALORO

(por favor distribuirla y si tienes contacto con algún político o sindicalista envíasela todos los días) 
El Juez liberó la carta de suicidio del Dr. René Favaloro.
Aún sabiendo de esta gran tristeza, y que "no funcionó" porque era honrado, leerla es como un homenaje a Favaloro
El Juez liberó la nota que dejó el Dr. René Favaloro antes de suicidarse.
(Del Dr. René Favaloro/ julio 29-2000 - 14,30 horas)
Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces.. Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Güemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles.
Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo. En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces.
La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada). 
Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente.  
Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía. 
A pesar de que los directores aseguraban que no había 
retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, 
a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, 
que agradecían nuestro trabajo. Este era nuestro único contacto. 
A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción  nos ha dado y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.  
Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado. 
La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología 
incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados 
hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar
continuamente con la corrupción imperante en la medicina 
(parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a 
nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna 
naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar 
los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un 
solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no 
mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto. 
¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!  
Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.
Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.  
Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).  
Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda.  
El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina, el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno.
Lo mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.
Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el pacientes es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. 'Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?'. 'Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe'.
El cirujano 'de real valor' además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios! 
Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las 'indicaciones' de su cardiólogo. '¿Doctor, usted sigue operando?' y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre.

Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional.
Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna 'lecture' de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos.
Pero aquí, vuelven a insertarse en el 'sistema' y el dinero es lo que más les interesa. 
La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los
métodos de diagnóstico no invasivo (Holter eco, camara y etc, etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos.. 
No es la única institución. Médicos de la Fundación me han 
mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle 'la operación económica' y entregará el sobre correspondiente!. 
La situación actual de la Fundación es desesperante, millones 
de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes 
de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir 
'no hay camas disponibles'.
Nuestro juramento médico lo impide. 
Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por 
las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, 
las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses.. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica. 
En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas, pueden 
realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben. 
Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 
100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando. 
Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y 
luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro 
instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a 
Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero 
por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy 
esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de 
dólares, pero para una institución que ha entrenado 
centenares de médicos desparramados por nuestro país y 
toda Latinoamérica, no hay respuesta. 
¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente? 
Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar. 
La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de 
renuncia a la C. Clinic , le decía al Dr. Effen que sabía 
de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que 
Don Quijote era español!
Sin duda la lucha ha sido muy desigual. 
El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a 
resquebrajarse. 
Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, 
algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro 
recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que 
para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al 
´sistema'.
Sí al retorno, sí al ana-ana. 
'Pondremos gente a organizar todo'. Hay 'especialistas' que 
saben como hacerlo. 'Debes dar un paso al costado.
Aclararemos que vos no sabes nada, que no estás 
enterado'. 'Debes comprenderlo si querés salvar a 
la Fundación'  
¡Quién va a creer que yo no estoy enterado! 
En este momento y a esta edad terminar con los principios 
éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores 
me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, 
prefiero desaparecer. 
Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos 
entregaba al recibirnos: 'a mí no me ha derrotado nadie'. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo
selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. 
El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo. '¡La leyenda, la leyenda!' 
Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue 
expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga. 
Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción 
de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi 
inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años 
en Jacinto Arauz. 
Estoy cansado de luchar y luchar,  galopando contra el viento como decía Don Ata.
No puedo cambiar. 
No ha sido una decisión fácil pero sí meditada.
No se hable de debilidad o valentía.  
El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, 
con ella me voy de la mano.
Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le 
pido que tenga un poco de piedad. 
Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me 
presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico 
rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me 
recuerden así.
En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades 
nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta.
En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con 
asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las 
primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores 
fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara. 
A mi familia en particular a mis queridos sobrinos, a mis 
colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 
años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando 
por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco. 
Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente 
sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos 
a Jacinto Arauz, allá en La Pampa.
Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o 
civiles.
Un abrazo a todos
René Favaloro