miércoles, 1 de julio de 2009

Tenencia de la tierra y uso de tecnología No se observan diferencias en la forma de producir de dueños y arrendatarios Javier Preciado Patiño

Entre otros efectos colaterales, el conflicto agropecuario dio visibilidad a la forma de organización de la producción agrícola en la pampa húmeda.
Uno de los "descubrimientos" fue que buena parte de la agricultura se realiza en campos alquilados, es decir por actores distintos a los dueños de los campos.
La magnitud de la agricultura en campos arrendados varía según la fuente consultada o la región, pero los guarismos oscilan entre 40 y 70%, es decir significativos en cualquier caso.
Este descubrimiento ha generado varios desprendimientos. Uno de ellos es la existencia de rentistas que gracias a los buenos márgenes de la agricultura han dejado de producir por ellos mismos, para entregar su campo a terceros a cambio de un alquiler.
Otro es la "concentración" de la producción, no ya por la tenencia de la tierra sino por las decisiones empresarias (qué sembrar, con quién, a quién comprar los insumos, a quién vender, etc.).
De estos descubrimientos se desprende, tal como plantea algún sector del ruralismo, la necesidad de reformar la ley de alquileres, tema que todavía no se termina de definir en el Congreso de la Nación.
Uno de los argumentos que se han sostenido en contra de la agricultura en campos arrendados es el carácter no sustentable de la producción cuando el campo no es el propio.
Incluso esto fue tomado por el ahora secretario de Agricultura de la Nación, Carlos Cheppi, cuando se presentó ante el Senado en su carácter de presidente del Inta.
Decía Cheppi allí que en la zona de Casilda, donde el 80% de la agricultura se hace bajo arrendamiento, "no se fertiliza o se fertiliza muchos menos".
El planteo es que con esta agricultura de doble piso (rentista más inversor) se aplica menos tecnología para asegurar rentabilidad. Por ende, la actual producción agrícola argentina "no es sustentable".
El argumento subyacente (por el énfasis puesto en el tema arrendamiento) es que el comportamiento productivo de quien alquila es diferente de quien produce en campo propio.
Sin embargo, un trabajo realizado por investigadores del propio Instituto de Tecnología Agropecuaria no avala los dichos de quien fuera su presidente.
Dos técnicos del Instituto de Economía y Sociología del Inta, Víctor Brescia y Daniel Lema, se plantearon si había diferencia entre el manejo que hacían propietarios y arrendatarios. El resultado de sus investigaciones se publicó bajo el título "Tenencia de la Tierra, Contratos y Uso de Recursos en la Producción Agrícola Pampeana: Teoría y Evidencia".
Estos investigadores arribaron a la siguiente conclusión: "Nuestro estudio cuestiona que pueda atribuirse como causa de potenciales resultados negativos en términos de productividad, uso de insumos o conservación de recursos naturales a factores tales como la explotación en alquiler o la duración de los contratos".
Para ponerlo en otros términos: estos técnicos del Inta no han encontrado argumentos que puedan sostener lo que todo el mundo asegura, que los que alquilan campos para producir hagan una agricultura peor que los propietarios.
Es más, analizando contratos de alquiler a renta fija (en quintales) o a porcentajes sostienen que es más factible esperar un mayor uso de insumos cuando se pactan quintales que cuando se pacta porcentaje.
Esta última conclusión es importantísima: cuando hay que pagar una cantidad fija de quintales no se puede correr riesgo de escamotear tecnología, porque si no, no se supera el umbral de la rentabilidad.
En contratos a porcentaje, en cambio, si no se aplica tecnología, el menor rinde es compartido a porcentaje entre arrendatario y propietario.
Las conclusiones de Brescia y Lema son muy claras: "La adopción de sistemas de labranza y fertilización aparecen como independientes de la forma de tenencia de la tierra".
"Se debe resaltar que no se observa una mayor frecuencia de monocultivo en el caso de explotaciones arrendadas", sostienen.
Dicho de otra forma, propietarios y arrendatarios, ambos por igual, siguen la misma lógica.
"Se presenta una asociación entre la decisión de fertilización y el tipo de contrato adoptado, favoreciendo relativamente la fertilización el contrato de renta fija."
"Se encontró cierta asociación entre las combinaciones de cultivos y el tipo de contrato, favoreciendo el contrato de renta fija combinaciones que hacen un uso más intensivo de los insumos."
El trabajo fue presentado en 2004 y se basa en datos del Censo Agropecuario 2002 y de una encuesta de Fertilizar.
Los inquietos lectores de Infocampo pueden acceder al paper en la páginawww.aaep.org.ar abriendo la solapa delos Anales de la Asociación de EconomíaPolítica. Link corto: http://www.infocampo.com.ar/editorial//

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