martes, 23 de junio de 2009

Argentina: ¿cae un gigante agropecuario? Veronica Smink

BBC Mundo, Argentina
Los agricultores dicen que la sequía y las políticas del gobierno han conspirado contra su producción.
Argentina, conocida alguna vez como "el granero del mundo", dejará el año próximo de exportar trigo y carne, y hasta podría empezar a necesitar importaciones para abastecer su mercado interno.
Ésta es la funesta predicción que hacen representantes agropecuarios, para quienes la producción ganadera y la de algunos cereales ya no es rentable en el país.
"Hay serias dudas de que vayamos a tener saldo exportable (de trigo)", dijo refiriéndose a 2010 el director del Centro de Exportadores de Cereales, Alberto Rodríguez, durante un encuentro de productores de trigo realizado en la provincia de Buenos Aires.
"Con una baja superficie sembrada, una fuerte sequía y poca inversión tecnológica por la incertidumbre, el resultado lógico va a ser exportación cero", vaticinó Rodríguez.
Su pronóstico, que fue avalado por otros productores consultados por BBC Mundo, se suma a la advertencia realizada recientemente por los organismos que agrupan a los ganaderos, que afirmaron que muy pronto será necesario importar carne al país.
"Es una realidad", dijo el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, quien afirmó que la actual producción de carne no alcanzará para cubrir el consumo interno, estimado en unos 70 kilogramos anuales per cápita.
"En 2010 se empezará a notar (la escasez), pero 2011 será peor", aseguró, agregando que la baja oferta llevará a un aumento de los precios de la carne.
Enfrentados con el gobierno
Si el gobierno no hubiera intervenido el mercado del trigo y de la carne, cada área productiva del país se habría dedicado a hacer intensamente lo que le corresponde
Martín Navarro, analista
Biolcati es uno de los cuatro representantes del campo que integran la llamada Mesa de Enlace, que ha estado negociando con el gobierno desde marzo de 2008, cuando los sectores agrarios comenzaron una protesta en contra de la política agropecuaria de la presidenta Cristina Fernández.
Los ruralistas culpan a la gestión de Fernández y a la anterior de su marido, Néstor Kirchner, de haber perjudicado la producción agrícola a través de la imposición de aranceles a la exportación -o "retenciones"- cuyo aumento llevó al comienzo del conflicto con el campo, el año pasado.
Según los productores, la intervención del Estado en el mercado agropecuario a través de las restricciones a la exportación y la fijación de precios para el mercado interno hacen que algunos de sus productos, como el trigo y la carne, se estén produciendo "a pérdida".
Por su parte, el gobierno sostiene que sus medidas apuntan a garantizar un precio interno que haga accesibles los alimentos a toda la población, además de defender las "retenciones" como parte de su política de redistribución de la riqueza.
"Sojización"
Las autoridades han acusado a los ruralistas de favorecer el cultivo de la soja por sobre otros productos, debido a la alta demanda de la oleaginosa en el exterior.

El gobierno de Fernández dice que, con sus medidas, quiere garantizar precios internos accesibles.
A pesar de que la soja ocupa la mitad de la superficie sembrada de Argentina, casi no se consume en el país y su producción está dedicada esencialmente a la exportación.
Para el analista Martín Navarro, de la consultora agropecuaria MN, la "sojización" del campo argentino es un fenómeno que ha sido impulsado indirectamente por las propias políticas gubernamentales.
"Si el gobierno no hubiera intervenido el mercado del trigo y de la carne, cada área productiva del país se habría dedicado a hacer intensamente lo que le corresponde y no hubiese reemplazado cultivos, porque no le dan los números", afirmó Navarro a BBC Mundo.
Para el experto, Argentina históricamente producía todo tipo de cultivos, pudiendo exportar sin desabastecer el mercado interno.
En su opinión, el gobierno debería liberar el mercado agropecuario y cobrar los impuestos sobre el volumen de lo exportado, usando esa recaudación para subsidiar a quienes más lo necesitan.
Sequía
Además de los problemas políticos, otro de los motivos que amenazan el futuro de uno de los principales exportadores agropecuarios del mundo es el clima.
Este año, Argentina ha sufrido una de las peores sequías en más de 70 años, debiendo declarar el estado de emergencia agropecuario a comienzos de 2009.
Se estima que el fenómeno generó la caída del 45% de las exportaciones agropecuarias.
Y los meteorólogos advierten que las lluvias que cayeron en los últimos días no serán suficientes para impulsar las perspectivas de siembra para el año próximo.

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