martes, 23 de junio de 2009

“Un Estado que quiere serlo todo, condena a la Nación a no ser nada” Santiago Kovadloff

El filósofo destaca la necesidad de un gobierno que promulgue la transparencia, la educación y defienda el trabajo, pero, ante todo, que promueva el diálogo con los diferentes actores, entre los que se encuentra el sector agropecuario.
“El panóptico es un centro penitenciario ideal diseñado por el filósofo Jeremy Bentham en 1791. El concepto de este diseño permite a un vigilante observar (-opticón) a todos (pan-) los prisioneros sin que éstos puedan saber si están siendo observados o no”. Cada número, en estas líneas, buscaremos la opinión de alguien que, desde afuera, comparta su mirada sobre la realidad del campo.
Recordar no es evocar. Recordar significa emprender nuevas realizaciones a la luz de la experiencia ganada en un año de lucha. Recordar es saber extraer de los aciertos y desaciertos, las enseñanzas necesarias que sigan confiriéndole a los reclamos campesinos significación democrática y valor republicano. Está visto que el campo no será escuchado mientras los ideales de la República sigan siendo desoídos. El reclamo fundamental del campo es el reclamo fundamental de la ciudadanía: plena legalidad, plena institucionalidad, más diálogo, más transparencia, más seguridad, mejor educación y defensa plena del trabajo.
Nuestro reclamo básico es el de vivir en un país que no le dé la espalda al progreso. Quienes subestiman el campo, desprecian el progreso. Un Estado que quiere serlo todo condena a la nación a no ser nada. Y condenar a la nación significa, entre tantas otras cosas, burlarse del federalismo. La demanda campesina es demanda de los trabajadores: de quienes producen alimentos, de quienes los transportan, de quienes se valen de la mejor tecnología para servir al país, de quienes supieron unir el conocimiento innovador al esfuerzo tradicional del cultivo y la cosecha de la tierra, de quienes se ganan la vida creando riqueza para la nación entera y no quedándose con la riqueza de los demás. El campo no pide privilegios. El campo pide respeto. Quiere ser oído, no obedecido. Quiere ser considerado como un interlocutor digno y no como un sirviente sumiso. El futuro debe estar en el presente. Y el presente es esta demanda que el campo hace de contar con una república auténtica, con una democracia no amputada. Hoy el campo y los pueblos del interior ya no son la periferia de la República.
Son su centro, el corazón de una ciudadanía que no se resigna a la subestimación ni a la arbitrariedad de ningún gobierno. Por eso las grandes ciudades supieron unirse al campo en su lucha contra la extorsión; porque el campo es el escenario donde ha nacido un nuevo espíritu cívico que no cejará en su reclamo hasta ver convertido el país viejo y prebendario, en un país joven y laborioso. A veinticinco años del retorno a la vida democrática, el poder y el derecho siguen enfrentados. Y es la justicia social la que reclama que el poder esté al servicio del derecho.
¿Cómo se puede planificar una política agropecuaria nacional sin intercambio de ideas con quienes tienen la experiencia del trabajo campesino y representan a todas las entidades del sector agropecuario?
La concepción innovadora del país que necesitamos todos los argentinos debe verse reflejada no sólo en el discurso de los partidos políticos sino en la aptitud esencial de esos partidos para hacer confluir sus esfuerzos particulares en un decálogo común de gobernabilidad; en el compromiso de que, gane quien gane y gobierne quien gobierne, ese decálogo será cumplido y respaldado indeclinablemente por todos.
Para terminar con la mezquindad y el desacierto es preciso terminar con las conductas repetitivas. Necesitamos más ideas y menos consignas. Para ello hace falta emprender el camino que lleva hacia el presente desde el porvenir. Es decir, desde los sueños e ideales de convivencia y progreso que, desde hace tanto, pugnan por verse convertidos en realidad. Habrá campo si hay república; habrá república si el campo es reconocido como promotor de una nueva clase media, de una nueva educación, de una nueva concepción del trabajo, la convivencia, la equidad y la justicia social. El presente texto fue leído en el encuentro del campo el 12 de marzo pasado en la ciudad de Córdoba.
Así pIensa • “La Argentina es un país enfermo de fragmentación desde los orígenes, por lo que nos encaminamos hacia la unidad o volvemos al viejo caudillismo”. (sitio de noticias Mega24, 29 de marzo de 2009).
• “El matrimonio Kirchner tiene una forma de elaborar los conflictos con sus adversarios, fuertemente caracterizada por la sospecha de que toda disidencia es el preámbulo de un golpe de estado”. (…) En este sentido, puede decirse que el Poder Ejecutivo tiene rasgos patológicos; profunda intolerancia al otro; gran incapacidad para concebir al adversario como tal, tendencia paranoide a considerar al adversario como enemigo; y la idea de que será victima de un complot”. (Entrevista sitio web PolíticArgentina.com; 5 de diciembre de 2008).
• “Argentina sufre de autofagocitación, se devora a sí misma. Durante el Gobierno de Néstor Kirchner fagocitó las otras instancias del Poder para concentrar el protagonismo político en el Ejecutivo; durante los últimos meses hasta el Ejecutivo fue devorado. Porque el pode en este momento se ejerce desde afuera por alguien que a fin de mantenerse en el poder está dispuesto a no disimular la intrascendencia de las instituciones. Esto afecta a la república porque ya no importa el diálogo entre los hombres sino, la palabra de un hombre, Néstor Kirchner. En Argentina no se dialoga.” (Canal C5N, programa “Longobardi en vivo”; Junio 2008).
• “Actualmente, la democracia está desfigurada. Tenemos un simulacro de democracia y un simulacro de República. Después de la dictadura militar no se cumplió la transición a la vida democrática Quedó trunca. A los desaparecidos fruto del terrorismo de Estado, siguió la siembra de los excluidos por los gobiernos civiles. Explico: a la inexistencia de los tres poderes de la República durante la dictadura militar siguió, en poco tiempo, después del inicio del alfonsinismo, la absorción del Poder Legislativo y del Poder Judicial por un Poder Ejecutivo que ha hecho del Estado una corporación más. Otro elemento es que estamos ante un gobierno que sabe que puede mentir con total omnipotencia porque frente a la mentira no hay credibilidad en la oposición. (…) Este modelo lo caracterizaría como una ‘democracia simulada’ que está al servicio de un caudillismo efectivo.” (Entrevista Perfil, 7 de octubre de 2007).
PERFIL • Santiago Kovadloff nació en Buenos Aires, Argentina, el 14 de diciembre de 1942. • Es filósofo, graduado en la Universidad de Buenos Aires. También ensayista, poeta, traductor y antólogo de literatura de lengua portuguesa.
En pocas líneas • “Está visto que el campo no será escuchado mientras los ideales de la República sigan siendo desoídos.” • “El reclamo del campo es el de la ciudadanía: más diálogo, transparencia, educación y defensa del trabajo.” • “El campo no pide privilegios. El campo pide respeto y ser considerado como interlocutor digno.” Fuente: CRA - Las Bases

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