lunes, 29 de junio de 2009

El debate sobre "el modelo" Héctor A. Huergo.

Hay que reconocer que ahora sabemos algo más respecto a lo que quiere el gobierno en esta hora, cuando se debate sobre "el modelo".El propio ex presidente Néstor Kirchner confirmó lo que sospechábamos, cuando remarcó que "no queremos que la Argentina vuelva a ser el granero del mundo".Toda una definición, complementada por otros colaboradores que hablaron de "desarrollismo" con "inclusión social" y "desarrollo industrial" con "sustitución de importaciones".¿Le suenan estos conceptos? Sí, ya hemos estado allí. Pero bueno, la Argentina es un país de honda raíz conservadora, y es muy difícil desclavar las tachuelas oxidadas que hay en nuestro imaginario colectivo.Hagamos entonces el intento inverso: en lugar de cambiar las muletillas, veamos cómo lo que estaba sucediendo en los últimos años con el campo y la agroindustria, era absolutamente compatible con este discurso tan caro a nuestras tradiciones.Primero: ser granero del mundo no es excluyente. Y no implica deshonra alguna.Les encanta a los estadounidenses, que son los grandes proveedores mundiales de maíz y trigo, y acompañan bien a la Argentina y Brasil en el abastecimiento de soja a todo el planeta.También Canadá y Australia, dos países que a veces se proponen como modelo, se ufanan por su fuerte posición como oferentes de insumos alimenticios básicos.Segundo: ¿qué es industria?. Por definición de la Real Academia, "es la transformación de los recursos naturales".La agricultura es, de acuerdo con esta idea, la madre de todas las industrias: convierte el dióxido de carbono del aire en sustratos diversos, que se pueden destinar a la alimentación o a otras industrias, a través del gerenciamiento del maravilloso proceso de la fotosíntesis. Una fábrica que opera al aire libre, porque necesita utilizar la energía radiante que provee el sol, y al mismo tiempo capturar el agua de lluvia.El suelo es cada vez más un simple soporte, que se debe mantener vivo reponiendo de la mejor forma los nutrientes que se llevan los cultivos.En esta visión, el agricultor, el chacarero moderno, es el gerente industrial, una persona que maneja una línea de montaje a la que concurren insumos de alta tecnología, como las semillas, fertilizantes, herbicidas, aplicados con maquinaria inteligente, cargadas de chips que permiten más automatización, más precisión, más eficiencia.Los granos, por más primarios que parezcan, son hoy productos de alto valor agregado.Si nos manejamos con la relación insumo-producto, son por lejos los de mayor valor agregado de la economía argentina. Porque no hay que confundir valor agregado con grado de elaboración. Cuando se inauguró Profertil, la mayor fábrica de urea del mundo, enclavada en el polo petroquímico de Bahía Blanca, todo el mundo aplaudió porque la Argentina lograba diversificar su matriz productiva. Ahora exportaríamos más bienes industriales!.Pero resulta que los chacareros descubrieron que si le echaban urea al trigo o al maíz, los rindes subían. Entonces, Profertil no exportó más, destinó su producción al mercado interno.La consecuencia fue que creció la cosecha de maíz, y en consecuencia, las exportaciones. ¿El país se primarizó? ¿Se advierte el absurdo de la visión de que industria es sólo lo que tiene techo y también olor a electrodo quemado?Inclusión social. Miles de puestos de trabajo corriente arriba y corriente abajo, en la metalmecánica, la petroquímica, la biología, la genética. Miles de trabajadores en la línea de montaje.El 40% del empleo nacional en el 2005, y después el sector creció un 30% más. En doce años, hasta el 2008, se había triplicado el valor de la cosecha, generando una actividad imponente en el interior y acomodando las cuentas macro.Eso es "desarrollismo", con "inclusión social". Y en cuanto a la "sustitución de importaciones", pronto lo tendremos más en claro.Cuando tengamos que hacer algo para sustituir las importaciones de carne desde Uruguay. Una experiencia traumática, pero que cuando llegue nos permitirá conocer las consecuencias de capturar los ingresos del campo, la industria verde, para probar suerte con "otro modelo". Como bien sostiene Aldo Ferrer, el campo no debe ser todo. Pero reconoce que el agro argentino es un modelo a copiar por quienes quieren un país más diversificado.¿Quién se opone? ¿Es incompatible con eso ser también granero del mundo?. Fuente: CLARIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario