domingo, 28 de agosto de 2011

Imágenes borrosas del Rincón del Tuyú

Cercada por agua, la zona fue testigo de la historia
Sábado 11 de junio de 2011 - Fernando Sánchez Zinny - LA NACION
"Rincón" se llamaba en nuestras campañas a cualquier porción de tierra rodeada por agua, mayormente si permitía mantener agrupada y a salvo a la hacienda, siendo los más conocidos el Rincón de López, sobre el Salado y el de las Gallinas, que es oriental, en el ángulo del Uruguay y el Negro, quedando un tercero, de denominación más reciente: el Rincón de Milberg.
Pero hay otro más que fue famoso y al que apenas si se lo reconoce como tal, convengamos; en efecto cumple con el requisito de estar casi cercado por agua o zonas inundables aunque, en realidad, jamás se lo utilizó para encerrar ganado y hasta su mismo nombre fue siempre impreciso: el Rincón de Ajó que es, también, el Rincón del Tuyú, designaciones corrientes a mediados del siglo XVIII y ambas de filiación guaranítica, lo que es bastante raro y acredita que fueron dados por intrusiones, seguramente de intentos misionales.
Si de Chascomús se buscaba el rumbo al mar, la vía más fácil era avanzar por la franja consolidada y libre de anegamientos que, poco más o menos, siguieron más tarde el ferrocarril y la ruta 2: el trayecto lleva a Mar del Plata, que no en balde se llama así pues es el mar que primero encontraba un viajero procedente de las riberas del Plata.
Porque hacia el Este de esa línea había -y hay, en buena parte- extensísimos cangrejales, zonas bajas, pantanos alternados con montes de talas y con otros del hoy casi extinto arbusto espinoso conocido como "curro", área cerrada hacia el Atlántico por un cordón de dunas tras el cual se abren playas inmensas, costa prácticamente inaccesible a la navegación.
Los caladeros más cercanos estaban sobre las costas asimismo desfavorables de la bahía de Samborombón: el del Tuyú (San Clemente), el de Ajó (Puerto General Lavalle) y el circunstancial de la Boca del Salado. Según es sabido, el gaucho, sin casa, sin familia, hombre que por ser de todos los pagos, en realidad no lo era de ninguno, se cansaba en ocasiones de su mala suerte y estrechez, y entonces escapaba, huía, se convertía en "gaucho alzado".
Lugar de fugitivos
La versión más popular de esto se halla en la triste experiencia de Fierro y Cruz en las tolderías; pero hubo otros muchos desdichados -o matreros, o gente que se había "desgraciado"- fugitivos en áreas más a mano pero igualmente de acceso arduo, como los prolongados guadales del Vallimanca o, justamente, ese rincón impreciso, al sur de Chascomús y al este de Dolores, donde hallaban refugio -entre muy escasos pobladores- aventureros, ermitaños, unitarios batidos en combate, perseguidos, gente de avería y con cuentas por pagar.
Entre ellos la tradición cuenta a Santos Vega, arquetipo del payador errante, de aquel que por llevar consigo el encanto de la canción no puede hacer nido en ningún lado. En el Tuyú habría vivido o acaso muerto, no se sabe si de pena tras su derrota en la verseada con el Diablo o bien a causa de que el propio Juan sin Ropa acudió hasta allí para humillarlo. Todo había concluido para él y de la rica tropilla de que había sido dueño sólo le quedaba un alazán tostado, su compañero en la soledad y el infortunio.
No es el único caballo famoso y fantasmal de la zona: el Partido de Tordillo (General Conesa) se llama así por uno tremendamente arisco al que nunca ningún criollo pudo pialar. Tal vez ande todavía hoy a las corridas y atropelladas por alguna de las diversas reservas que pretenden conservar la fauna y la vegetación originarias; se dice que en ellas subsisten venados. Puede ser; entretanto, lo que sí hay son pájaros, incontables pájaros, con su estruendo aunado en las mañanas.
Por ahí ha pasado la leyenda pero también la historia: los bloqueos brasileño y anglofrancés del Río de la Plata llevaron a que se usaran esos mínimos puertos de Samborombón. A la ría del Ajó llegaron, en tren de guerra, el desventurado Manuel Rico en 1839 y Mitre en 1874 y los dos reclutaron paisanos.
Hubo después saladeros y aunque parezca extraño, hacia 1885 ese fondeadero que hoy sólo recibe a contados pesqueros era el tercer puerto del país, después del de Buenos Aires y el del Rosario: se embarcaban allí pieles y lanas.
http://www.lanacion.com.ar/1380384-imagenes-borrosas-del-rincon-del-tuyu

No hay comentarios:

Publicar un comentario