miércoles, 20 de noviembre de 2013


GLIFOSATO; UNA HISTORIA DE CONTROVERSIAS Y ALTA PERFORMANCE 
Por Aldo Norberto Bonaveri
Proyecciones científicas incuestionables aseveran que para antes de los próximos 50 años, el mundo tendrá una demanda de alimentos un 50% superior a la actual, el desafío es más que elocuente y la humanidad tiene el compromiso de dar respuesta
El principio activo glifosato es el agroquímico más utilizado, el más preciado por los agricultores por su eficiencia en el control de malezas y, también el más cuestionado por ambientalistas. Si bien la discusión es de vieja data, los cuestionamientos se potenciaron en el último mes, producto de la versión de un informe efectuado por un investigador vinculado al Instituto de Embriología de la Facultad de Medicina de Universidad de Buenos Aires, Profesor Andrés Carrasco, quien actualmente es Subsecretario de Innovación Científica y Tecnológica del Ministerio de Defensa.
· ANUNCIO
De acuerdo a lo anunciado a la prensa por el referido profesional, el estudio por el realizado en el Laboratorio de Embriología Molecular del Conicet, el glifosato es “altamente tóxico y provoca efectos devastadores en embriones.”, añadiendo que el trabajo se practicó con “dosis hasta 1.500 veces inferiores a las utilizadas en las fumigaciones sojeras, comprobándose trastornos intestinales y cardíacos, malformaciones y alteraciones neuronales”
El anuncio sacudió el ambiente; creo preocupación entre los productores, causó malestar en los laboratorios formuladores, propició la movilización de las cámaras gremiales que los agrupan, generó una ofensiva de los detractores y, también generó inquietud en vastos sectores de la sociedad, alertada fundamentalmente por la proliferación de abundante ·”información”, que en muchos casos se deslizó irresponsablemente, a veces interesada y en la mayoría de los casos, como consecuencia del desconocimiento y/o el apresuramiento de la primicia. 
Por cierto que no estoy cuestionando que se trasmita lo expresado por el científico, pero en distintos medios del país, se aseveró lo comentado por el mismo como dato irrefutable. Personalmente no me atrevo a decir que las consideraciones del profesor Carrasco son infundadas, pero ello no implica que le atribuya verosimilitud. Lo más llamativo es que el autor discurre sobre sus conclusiones, pero aún no ha publicado el trabajo, aún cuando algunos periodistas mal informados expresaron lo contrario. Sobre el particular, recomiendo leer en esta misma edición el reportaje exclusivo concedido por el Dr. Lino Barañao, Ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, concedido al Ing. Héctor Huergo , bajo el título: “El país adoptó la utilización de organismos genéticamente modificados de una manera responsable y segura. 
· RECURSO DE AMPARO
Pese a no existir un informe oficial, la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas presentó un amparo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, solicitando que la Comisión Nacional de Investigación, creada en enero del corriente, (que depende del Ministerio de Salud, Decreto 21/09) se expida dentro de los 180 días y que en ese ínterin se suspenda la comercialización, y aplicación del glifosato y el endosulfán. 
Cabe expresar que la Comisión está integrada por: la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, la SAGPyA, el INTI, el INTA y el Ministerio de Salud, al tiempo que en categoría de invitados están en condiciones de participar; el Consejo Federal de la Salud “COFESA”, funcionarios de organismos públicos, universitarios, gremiales y científicos. Siendo su razón de ser, la evaluación sanitaria y el impacto ambiental que estaría generando el uso de glifosato en los cultivos de soja. Corresponde recordar que el organismo de marras, se creo como consecuencias de denuncias efectuadas por vecinos del barrio Ituzaingó de la Ciudad de Córdoba, lindero a la zona rural. 
En cuanto al alcance de las acciones emprendidas por la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, tiene como demandados al Poder Ejecutivo Nacional, a la Comisión Nacional Investigadora, a las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, en tanto requiere se cite a la empresa Monsanto Argentina SA. 
· QUE ES EL GLIFOSATO
El glifosato es un herbicida no selectivo de amplio espectro, se destaca por su eficacia para controlar diversos tipos de plantas, ya sean gramíneas anuales, perennes y latifoliadas. Se trata de un descubrimiento de la multinacional Monsanto cuyo primer registro data de 1971.  
Actualmente el glifosato se comercializa en 142 países, representando un 65% del total de los herbicidas no selectivos, en Argentina cuenta con la aprobación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria “SENASA”, utilizándolo desde 1976. No obstante su participación en el mercado crece exponencialmente a partir de la campaña 96-97 con la irrupción de la soja RR resistente al glifosato. En el último ciclo (2008/2009) con un record de superficie ocupada con la oleaginosa, 17.400.000 hectáreas, se emplearon entre los 165 y 170.000.000 de litros, de ese total aproximadamente un 40% es expendido por Monsanto en sus diferentes formulaciones. 
La masiva adopción en todo el mundo de este fitosanitario se sustancia en la conjunción de sus propiedades; amplio espectro de control, reducción de costos en la implantación de cultivos, plasticidad de uso y, beneficios potenciados en el acompañamiento de otras tecnologías, tal es el caso de la siembra directa, donde además de su función específica como herbicida, se forma un entorno virtuoso al lograrse simultanea o secuencialmente; reducción de posibilidades de erosión, menor compactación del suelo, preservación de recursos hídricos, mejoramiento de la fertilidad del terreno aumentando el compuesto de materia orgánica, disminución del laboreo, por lo que se reduce el consumo de combustibles. Además, pese al cuestionamiento que hoy nos ocupa, la clasificación universal del glifosato es de baja toxicidad. 
Una particularidad del glifosato es que se inactiva cuando toma contacto con el suelo, ya que se adsorbe en las partículas del terreno. De esta forma es rápidamente degradado por la actividad microbiana para el dióxido de carbono. Esta característica minimiza las conjeturas de ciertos cargos en torno a una eventual contaminación residual que deja el producto en el ambiente; la misma propiedad mengua las posibilidades a contaminaciones de las napas freáticas o cursos de agua. 
ESTUDIOS
Todos los agroquímicos son sometidos a distintos niveles de análisis, tanto por los diferentes organismos internacionales como así también por los nacionales competentes. Estos estudios se realizan con diversos patrones y según normas propias, contemplan diferentes hipótesis de comportamientos; inclusive la propia organización suele recategorizarlos en función de experiencias comprobables.  
Para la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos “EPA”, en su aparición clasificó al glifosato como clase “D” (la de menor toxicidad). Sobre el comienzo de la década del ’90 lo encasilló en clase "C". En cuanto a las imputaciones efectuadas sobre sus derivaciones cancerigenas, la catalogación lo ubica en el Grupo E (evidencia de no carcinógeno en humanos). Para el referido organismo el mayor riesgo toxicológico del glifosato reside en ser irritantes de los ojos.  
Para la Organización Mundial de la Salud “OMS”, la toxicidad aguda del glifosato en sí es muy baja, según el índice de DL50 oral (4230 mg / kg,), empero refiere a efectos más serios; en estudios con conejos denotando en estos fuerte irritación.  
En cuanto a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación “FAO”, expresa que el glifosato; posee baja toxicidad aguda, no es cancerígeno, no es genotóxico (no provoca daños ni cambios en el material genético), no es teratogénico (no afecta el normal desarrollo embrionario; no provoca malformaciones), no es neurotóxico y no tiene efectos sobre la reproducción. 
· CLASIFICACIÓN EN ARGENTINA
En nuestro país, todos los productos fitosanitarios nacionales o importados que se comercializan en el territorio nacional, deben estar inscriptos en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria “SENASA”. Corresponde indicar que el glifosato fue autorizado el Registro de Productos Fitosanitarios en la República Argentina en 1977 y revalidado en 1999, considerándoselo como un principio activo que normalmente no ofrece peligro, tomando como base los parámetros de la OMS. 
Amparado por la Resolución 350/99 del SENASA, el glifosato en su uso normal está dentro del grupo de activos de improbable riesgo agudo. En virtud de esas conclusiones, el organismo lo clasificó en Clase IV, (la categoría de menor riesgo toxicológico) 
· TOXICIDAD 
 En función de estudios oficiales de organismo internacionales y locales, deberíamos interpretar que la toxicidad del glifosato para mamíferos y aves en general es relativamente baja. Los mismos trabajos denotan que tanto peces como invertebrados son más sensibles. También cabe mencionar que su nivel tósigo se incrementa con mayores temperaturas del agua y pH. 
· TENSIOACTIVOS
Un aspecto importante para tener en cuenta es el de los componentes que acompañan en la formulación al principio activo. A los efectos de optimizar su performance herbicida, las distintas versiones comerciales de glifosato contienen diferentes tipos de tensioactivos. En tal sentido existen estudios privados que arrojan resultados toxicológicos específicos, según el tipo de aditivo utilizado y el porcentaje existente de estos en la emulsión; por lo general el tenor tóxico de ellos aumenta con respecto a los niveles expresados por el glifosato sólo. 
Este no es un dato menor y en consecuencia exige que se extremen los controles correspondientes, desde hace muchos años la patente que ostentaba Monsanto como descubridor ha caducado, razón por la cual cada uno de los muchos laboratorios que elaboran glifosato dispone con que coadyuvante lo comercializa. A tal efecto la FAO tiene normas precisas, no obstante estos componentes son proclives a contener sustancias nocivas.
Recientemente hay laboratorios internacionales que han desarrollado una nueva generación de tensioactivos, los que aseguran que en su concentración, no están presentes ninguno de los referidos efectos tóxicos. Sobre el particular, es oportuno señalar que las normativas vigentes en Gran Bretaña exigen que los glifosatos que se comercialicen en su territorio, deban estar formulados con la citada innovación. De esta manera, se estaría dando respuesta al aspecto más vulnerable del popular herbicida, la contra de la nueva formulación se circunscribe a un costo mayor.  
· NO SON INOFENSIVOS 
Ni el más acérrimo adepto de los agroquímicos puede considerar que estos son inofensivos. Consecuentemente con sus componentes y el grado de peligrosidad que cada producto exprese, se lo clasifica en la clase correspondiente. Pero aún aquellos de bajo impacto, pueden derivar indirectamente en algún nivel de contaminación, si no se los utiliza con las precauciones adecuadas y, no se respetan las prescripciones específicas. 
Como una gran cantidad de productos e insumos industriales, los fitosanitarios presentan riesgos, inclusive los fármacos los tienen; en consecuencia si no se los maneja correctamente, se pueden causar accidentes ya sea en la aplicación, transporte, almacenaje o manipulación. En consecuencia, desde el laboratorio hasta el productor o al aplicador existen responsabilidades en toda la cadena, estas están puntualizadas en tratados internacionales, tales como; Acuerdo sobre la Aplicación de medidas Sanitarias y Fitosanitarias o, Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (aprobado en 1997 por la Conferencia de la FAO). En el orden local hay leyes específicas que rigen la actividad en varias provincias.  
· ASIGNATURA PENDIENTE 
En materia de legislación el Estado nacional está en deuda y cabe decirlo, la responsabilidad no es exclusiva del actual gobierno central. Resulta incomprensible que no exista una ley que regule la actividad en todo el territorio nacional, máxime si consideramos que Argentina es uno de los principales productores de alimentos del planeta, visto la dependencia que la producción tiene del uso de fitosanitarios y, los recaudos que exige el manejo de los mismos. 
Desde el retorno a la democracia, en ambas cámaras del Congreso de la Nación se presentaron una buena cantidad de proyectos, pero uno a uno fueron quedando en la vía muerta. Desde entonces, en distintas ocasiones la mayoría de esa iniciativas no pasaron de la comisión de agricultura, empero otras alcanzaron media sanción, pero en una muestra acabada del déficit mostrado por legisladores de distintas bancadas, la falta de acuerdo, cuando no la inacción hizo que los proyectos perdieran el estado parlamentario. 
Evidentemente la existencia de intereses contrapuestos y poderosos, sumado a las presiones por incorporar o quitar componentes que pueden favorecer o perjudicar a tal o cual, están siempre a la orden del día, resultando a la postre más fuertes que el conocimiento, la voluntad y la responsabilidad de los legisladores. No cabe duda que se torna difícil consensuar las visiones de las cámaras que nucléan a los laboratorios, las provincias, las federaciones de ingenieros agrónomos, expendedores y aéro aplicadores, organizaciones ambientalistas y entidades rurales, pero nada justifica, que tras escuchar los fundamentos de cada uno de los sectores en pugna, el Congreso de la Nación no asuma la responsabilidad insoslayable que le compete en un tema central.  
· CUESTIONAMIENTOS POR DOQUIER 
Las controversias sobre los agroquímicos en general y del glifosato en particular, ocupan un lugar de discusión en distintos sectores de la sociedad. En muchos casos las preocupaciones se justifican en función de la importancia de los aspectos aquí desarrollados; pero no son positivas cuando las consideraciones se circunscriben a evaluar el inconveniente aislado de un contexto general, sin reflexionar sobre las implicancias que traería aparejado adoptar medidas, que aunque parezcan soluciones puntuales, derivan en la potenciación de problemas que por la magnitud del impacto, imposibilitan dar respuesta a demandas supremas de la humanidad o, al desarrollo estratégico del país. 
El menú de cuestionamientos abarca distintos tópicos y con frecuencia revelan ópticas parciales. Así es como se culpa a la soja y por ende al glifosato de las deforestaciones ocurridas en el país; efectivamente se ha incurrido en abusos en los desmontes y, la posterior implantación en zonas inadecuadas, pero en definitiva es el Estado quien tiene la responsabilidad de establecer los límites mediante legislaciones correspondientes. Al respecto, es importante destacar que tras varias idas y venidas en noviembre de 2007 se sancionó la Ley Nº 26.331 de “Presupuestos Mínimos de Bosques Nativos”, cuya autoría corresponde al diputado nacional Miguel Bonaso, como toda ley, para entrar en vigencia es menester que la misma sea reglamentada, inexplicablemente el Poder Ejecutivo demoró 14 meses en hacerlo (enero de 2009), violando inclusive lo estipulado por la norma, que en su texto prevé un plazo máximo de 90 días. 
Una crítica frecuente se suscita en el creciente uso de agroquímicos en el país en los últimos años, ello tiene asidero puesto que con solo observar el incremento de la producción agrícola queda corroborado, habida cuenta que el crecimiento se da fundamentalmente en soja y, que la utilización de glifosato es casi exclúyete entre los herbicidas en dicha oleaginosa, en ese producto se centran los reproches, pero lo que no se dice, en muchos casos por ignorancia, es que antes de la aparición de la soja RR, (resistente a glifosato) la cantidad de fitosanitarios que requería cada hectárea cultivada era muy superior. 
Uno de los puntos más polémicos reside en las aplicaciones realizadas en proximidades de áreas urbanas, en tal sentido las normativas están contempladas en las leyes provinciales, empero para el correcto funcionamiento de las mismas se requieren la participación de los municipios, dictando ordenanzas complementarias y ejerciendo controles específicos, en muchos casos los gobiernos locales no disponen de la idoneidad o los recursos para cumplir tal cometido. En este tema la carencia de una legislación nacional genera inconvenientes, puesto que aún cumpliendo con las prescripciones provinciales, las diferencias entre ellas induce a altercados, sobre toda en zonas limítrofes. Los tratamientos en áreas peri urbanas no están terminantemente prohibidas, pero de ninguna manera ello da derecho a operar impunemente; por esa razón existen medios como los ya mencionados, la receta fitosanitaria con la consiguiente responsabilidad del profesional que la extiende, como así también la adecuación de las metodologías de aplicación y, el cumplimiento de las reglas por estos actores.  
Lo que no se concibe son tratamientos sin el conocimiento imprescindible sobre la peligrosidad de cada producto, la presencia de personas realizando tareas en las proximidades. El expendio de agroquímicos fraccionados, la carencia de elementos de protección, la falta de capacitación efectiva de los operarios, las medidas de seguridad en los depósitos y transportes, etc.
· SIGNIFICADO DE LA SOJA PARA ARGENTINA
No soy partidario del monocultivo, estoy convencido de las bondades de la rotación de cultivos, suscribo a la diversidad y, entiendo que el país debería equilibrar mejor su producción, pero ello no podemos esperarlo por generación espontánea, a tal efecto se requiere justamente lo que en el país brilla por su ausencia; Política Agropecuaria, el vuelco de los agricultores a la soja no es caprichoso, obedece fundamentalmente a la negada rentabilidad de las otras especies, castigadas con imposiciones que las tornan inciertas, cuando no directamente inviables.  
Aún cuando se la subestima o se la difama, nadie puede ignorar que la soja ha sido y es fundamental para la economía del país, su aporte ha sido decisivo desde el punto de vista de las divisas que genera, la trascendencia fiscal a través de las exageradas retenciones, como así también la gravitación en la gestación de valor que se obtiene en la cadena agroindustrial, las crecientes exportaciones de aceites y harinas, expresadas en las cuantiosas inversiones de la industria del sector, reflejan con claridad el nivel de desarrollo alcanzado en el sector.  
Independientemente del auge de ésta oleaginosa, y su mejor rentabilidad respecto a las demás opciones, cabe expresar que hay vastas zonas incorporadas en los últimos años a la agricultura que agronómicamente no aconsejan cualquier cultivo, en área semi marginales donde la soja se cosecha con resultados aceptables, no son viables para el maíz, mucho más exigente en fertilidad y ambientes propicios.  
· SOJA SIN GLIFOSATO 
Pensar en cultivar soja sin glifosato sería en el mejor de los casos retroceder 12 años atrás, justamente la competitividad de esta especie se expresa a partir de la aprobación del evento transgénico RR y, el eficiente control de malezas logrado merced al glifosato. Sin este herbicida también se reciente la performance de la siembra directa, tecnología que tantos beneficios otorga, principalmente para la conservación del suelo.  
Si bien existen otras opciones químicas para suplantar al glifosato, éstas además de ser mucho más onerosas, son menos eficaces, requieren compaginar verdaderos cócteles de herbicidas; un preemergente para controlar gramíneas anuales, un post emergente para hacer lo propio con las malezas de hoja ancha, más un graminicida post emergente para combatir las difíciles plagas perennes, como sorgo de alepo, gramón y cebollón. Todo ello agregado a un aumento considerable de consumo de combustibles. Por las limitantes de las razones expuestas los rendimientos se verían afectados y, ecológicamente el efecto inverso al invocado; se aumentaría significativamente la cantidad de agroquímicos total a utilizar, los que en su mayoría, al menos en la clasificación imperante representan mayor toxicidad.  
Complementariamente corresponde decir que el uso del glifosato no se agota con la soja, también se lo utiliza previo a las siembras de pasturas y verdeos en ganadería y tambo, del miso modo se recurre a el para barbechos químicos en varios cultivos. También tiene su lugar en las economías regionales, así ocurre con el olivo y la vid
Proyecciones científicas incuestionables aseveran que para antes de los próximos 50 años, el mundo tendrá una demanda de alimentos un 50% superior a la actual, el desafío es más que elocuente y la humanidad tiene el compromiso de dar respuesta, tan ambiciosa meta será imposible si actores fundamentales de la producción como Argentina, no avanzan consecuentemente con sus inmensas posibilidades, lejos de abandonar programas exitosos la formula indica la necesidad de profundizar en la biotecnología. Sería retrogrado pudiendo, no dar respuesta, por cierto que ello no implica atentar contra el medio ambiente y mucho menos con la salud de los argentinos, será menester ajustar controles y extremar recaudos cada uno en el lugar que le corresponde. Fuente Pregon Agropecuario

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